Ayer en una memorable final derrotó 2-1 a Santo Domingo de los Tsáchilas, equipo que este año participó como invitado. 

El cuadro local no ganaba un torneo desde el 2009, cuando venció a Pichincha 2-1 bajo la dirección técnica de Stalin Vera.

LA JORNADA. El encuentro que abrió la jornada de clausura lo disputaron Santa Ana y Chone, por el tercer lugar.

Los “santos” derrotaron 2-1 a su rival, en el juego preliminar de la doble programación cumplida en el estadio Reales Tamarindos.

Santa Ana remontó un marcador adverso de 1-0. Marcos Moreira uno de los dos goleadores del torneo puso a ganar a Chone al minuto 39 y un minuto más tarde pone la igualdad Jimmy Cantos, con un potente remate de fuera del área, el balón pegó en el poste y luego “murió” en el fondo del arco. 

A los 79 Jorge Cevallos convierte y le da el triunfo a Santa Ana. A dos minutos del final Ronny Vinces, del elenco ganador, estrelló el balón en el horizontal. 

La gran final. Portoviejo tuvo que redoblar esfuerzos para vencer a un duro rival como Santo Domingo por 2-1. 

El equipo visitante dominó ampliamente la primera etapa, donde a más del gol de Mateo Montalvo al minuto 26, tuvo claras oportunidades para incrementar el marcador, como el tiro libre ejecutado por el mismo Montalvo que dio en el travesaño.

En la segunda etapa se invirtieron los papeles y fue el cuadro capitalino el que tomó el control del juego logrando emparejar el tanteador a los 53 minutos, por intermedio de Kevin Toro, con espectacular frentazo después de un centro del lateral Jordan Intriago. 

Los minutos restantes fueron de gran drama, el público de pie alentaba al equipo que logró la hazaña de remontar el marcador a los 93, con un tiro libre ejecutado por Rommel del Valle, uno de los mejores del partido y quien minutos antes había estrellado un remate en el horizontal, también con pelota parada.

Cuando el árbitro central, José Román Bazurto, dio el pitazo final se inició un verdadero carnaval, festejando la treceava corona del cuadro portovejense, dirigido por Freddy Bravo Menéndez.