Emigró a Milagros, en la vecina provincia del Guayas, donde ejerció de agricultor en una finca de un tío dedicada a la producción masiva de piñas. 

Al poco tiempo, en Argentina accede al poder don Juan Domingo Perón, y atraído por su revolución de “Los descamisados”, emigró al “plata”.

Regresa a Portoviejo, y con su primo, don Adriano Zambrano Palma, forma la sociedad Andrade & Zambrmente abre el almacén La Norma, en la calle Pedro Gual, en el año 1946.

En terrenos próximos al actual cuartel militar instala chameras y comienza la producción de tan apetitoso pez, así como de otras especies de pescados de agua dulce. 

Luego es nombrado Intendente General de Policía de Manabí, y un tiempo más tarde ocupa el cargo de Gobernador de la provincia.

En 1959, junto a entusiastas amigos funda el club social 12 de Marzo, que tiene su primera sede en el edificio de don Clodoveo Cevallos (calles Chile y Pedro Gual, contiguo a La Norma); y entre las primeras actividades del Club se lleva a cabo el proyecto de realización del primer monumento de la ciudad, en la persona de su fundador, el capitán de tercios español, don Francisco Pacheco Tellez-Girón, que en unión de Francisco Pizarro, Francisco de Orellana  y 76 hombres más, desembarcan en Puerto Viejo en 1528 y desde allí inician la exploración y posterior conquista del continente sudamericano en tres direcciones, siendo Puerto Viejo la ciudad primera de Sudamérica, posteriormente destruida por la escuadra Anglo-Holandesa en 1579. 

Los supervivientes, 37 españoles, surcaron río arriba y refundaron la ciudad en el riente valle que hoy la acoge.

El monumento se levantó al inicio de la avenida Universitaria, recordando el 12 de Marzo de 1535, fecha fundacional de la ciudad.

Ramón siempre compartió con orgullo el sentimiento montuvio manabita, su dedicación a la divulgación cultural lo hizo poseedor de una enorme biblioteca que posteriormente fue compartida desde su centro cultural.

Escribía poesía, versos que compartía con amigos; fue comunicador social, con asiduidad escribía en el entonces Diario Manabita (hoy El Diario) y transmitía con enorme sensibilidad su opinión para solventar problemas sociales.

Perteneció a varios clubes de la ciudad donde compartía con simpatía sus anécdotas, producto de esa sabiduría popular que tanto amaba. Casado con doña Elvia Bravo, procrearon nueve hijos, todos ellos destacados profesionales de nuestro país. A doña Elvia, a todos y cada uno de sus hijos, nietos, a sus hermanas, cuñados, sobrinos, primos y demás familiares, el testimonio de nuestro muy sentido pésame.