San Francisco de Quito, capital de Ecuador, fue fundada el 6 de diciembre de 1534 por el conquistador español Sebastián de Benalcázar.
LA HISTORIA. Cuando llegaron los españoles, el Imperio Inca estaba envuelto en una guerra civil entre Atahualpa, su último soberano, y su hermano Huáscar.
El primero quería establecer su hegemonía desde Quito, mientras que el segundo pretendía lo mismo desde Cuzco (Perú).
Atahualpa y su ejército vencieron a Huáscar y le hicieron elegir entre vivir y quedarse con el imperio en Cuzco o morir. Huáscar, indignado por la derrrota, aceptó la muerte.
ATAHUALPA NO PRESENTÍA LO QUE VENÍA. En el año 1533 Atahualpa aceptó reunirse con el explorador español Francisco Pizarro, pero fue capturado y días después asesinado por órdenes del mismo, que decidió ejecutarlo en la horca el 26 de julio de 1533, a pesar de la entrega de un cuantioso rescate.
La conquista de los Andes fue motivada principalmente por el rumor de que en Quito se encontraba el tesoro de Atahualpa.
EXPEDICIONES. Para esto se formaron dos expediciones: la de Pedro de Alvarado, desde Guatemala, y la de Sebastián de Benalcázar, procedente del sur.
Benalcázar se enteró de que su compatriota Pedro de Alvarado dejaría Guatemala para avanzar hasta la zona de Quito para tomarlos en su nombre, entonces decidió emprender la marcha desde San Miguel de Piura hacia el norte, para adelantarse a Alvarado y ampliar la zona de influencia de su grupo que encabezaba Francisco Pizarro.
Benalcázar fue el que consiguió llegar primero y quien, el 6 de diciembre de 1534, fundó la ciudad de San Francisco de Quito junto a las faldas del volcán Pichincha.
Luego de este acontecimiento, la ciudad se encontraba en cenizas, ya que días antes fue incendiada por el general Rumiñahui con el objeto de que los españoles no encontraran nada a su llegada.
OTRA MIRADA. Cabe mencionar que el historiador Ricardo Descalzi dijo que la verdadera fundación de San Francisco de Quito fue el 28 de agosto de 1534 en las cercanías de la laguna del Colta, en la provincia de Chimborazo, no por Sebastián de Benalcázar, sino por Diego de Almagro. Y que fue el 6 de diciembre el día en que se llevó el acta de fundación a la actual ubicación de Quito, donde se inscribieron los civiles y los soldados para asentarse en la nueva villa.