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Italia
La cuenta pendiente de Buffon

El capitán de la Juventus, Gianluigi Buffon, dice que ganar la Liga de Campeones sería “la mayor alegría” de su carrera.

Martes 21 Noviembre 2017 | 04:00

Es un trofeo que se le sigue resistiendo.  “Ganar la ‘Champions’ significaría mucho para mí. Sería la mayor alegría de mi carrera, junto con la del Mundial (2006), porque sería casi una recompensa, el final de un camino construido con valentía, tenacidad y trabajo duro”, indicó en una entrevista a UEFA, semanas atrás. 

A sus 39 años, Buffon es el líder indiscutible del vestuario del conjunto turinés y contribuyó de forma decisiva en el trayecto de Juventus hasta Cardiff: un camino que culminó encajando una dura derrota ante el Madrid, equipo que al final levantó la ‘Orejona’.  
El periódico ABC de España le dedicó una columna al guardameta. 
“Los héroes siempre son recordados, pero las leyendas nunca mueren. Ser un héroe es vivir por alguien más que para sí mismo, alguien admirable. Pero una leyenda es alguien que deja su huella en la historia. Gianluigi Buffon pertenece a este segundo grupo. Su trayectoria y sus números así lo consignan, aunque se le siga resistiendo la Liga de Campeones. El meta de la Juventus sigue aunando el respeto de todo su país. Cuando en el 2001 le dio el ‘sí, quiero’ a la Juventus, convirtiéndose en el traspaso más caro para un portero (59 millones de dólares), asumió el voto de fidelidad hasta el extremo de aceptar el descenso a la serie B (2006) y permanecer en la disciplina turinesa para remediar parte de sus errores y colaborar en el ascenso. Rompió el acuerdo que tenía con el Milan y se confabuló con Del Piero, Nedved, Trezeguet, Camoranesi o Chiellini para tratar de devolver a ‘la Juve’ el lustre perdido. 
El año pasado llegó a la final de la Champions de Cardiff recibiendo solo tres goles amparado por su gran defensa, pero el Madrid le metió cuatro y cometió algunos errores remediables. Las leyendas nunca mueren”, decía la nota periodística. 
El último intento. Tras su anuncio de que colgará los guantes después de esta temporada y ya sin Mundial, Buffon disputará su última UEFA Champions League en la presente temporada con la Juventus.  
“Al 99,9 % me retiraré, a menos de que pase algo muy particular, podría aplazar un año mi retiro”, dijo el arquero de la Juventus.  
La estrella de la Juve ha tenido la oportunidad de alcanzar la Orejona en diversas temporadas; sin embargo, su equipo terminó como el subcampeón de la competencia tras perder las finales en los años 2003 ante el Milan, 2015 contra el Barcelona y 2017 frente al Real Madrid. 
Los títulos. Entre sus galardones, el guardameta cuenta con ocho trofeos de Serie A, cuatro Copas de Italia -tres con la Juventus y una con el Parma-, seis Supercopas italianas -cinco con su actual club y una con el conjunto parmesano-, una Copa UEFA con el mismo Parma, una Serie B con la Vecchia Signora, un mundial Sub -21 en 1996 y la Copa del Mundo en Alemania 2006 con la selección italiana. 
Sin embargo, hay un rasgo menos conocido en este futbolista que lo gró ser un Maradona de su puesto. Su recorrido repleto de celebraciones tuvo también costados oscuros. Desde sus propios infiernos resucitó abrazado a una virtud menos conocida: su capacidad de lucha ante las adversidades. La pasó mal. “Rico y famoso, la depresión me atacó igual”, le confesó en el 2008 al diario La Stampa. 
Le sucedió en el 2004. “De pronto me temblaban las piernas. Era como si mi cabeza no fuera mía, sino de otro, como si siempre estuviera en otro sitio. De pequeño, curiosamente, no entendía que las personas ricas o normales cayeran en la depresión. Ahora entiendes que hay discursos absurdos y superficiales”, explica Buffon en Número 1, un libro en el que muestra su costado más íntimo, el detrás de la gloria. Se enfrentó con sus dolores y con sus angustias. Pidió ayuda, se hizo fuerte. Encontró herramientas para resolver dramas. 
En el 2006, el escándalo del Calciopolis (la manipulación de resultados en la Serie A obligó a la sanción y al descenso de la Juventus) lo puso ante otra decisión de esas que marcan rumbos. 
Con su equipo averiado y en la B, le llovieron ofertas. 
Lo querían casi todos los equipos que entonces jugaban la Champions. Pero él lo pensó en la intimidad, a solas, en esos vestuarios en los que todavía habitaban los duendes de los días felices. No se fue. Se ofreció para la reconstrucción. Desde entonces ya no quedan dudas respecto de su condición: es Superman o algo así. 
Sigue siendo aquel, “el obsesivo del arco en cero”, como lo definió alguna vez la Gazzetta Sport.  
Buffon señaló que el golpe más duro en su carrera era haber quedado sin Mundial en que se viene: Rusia 2018. 
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