Aclaró que el pleno de la Asamblea Nacional tiene un bloque de AP en su conjunto, por lo que no se está hablando de otra bancada. “En otros casos serán las coincidencias que tengamos en temas fundamentales para el país las que se vayan dando en el Pleno”, confirmó.

Salgado fue enfática en señalar que no hay ninguna disolución, pero sí existen grupos con diferencias muy marcadas y transparentadas.

Para el legislador de AP Augusto Espinosa esa decisión es la más sana. “Hasta el momento, las diferencias se han logrado saldar en las discusiones internas, pero el instante en el que, sin haber llegado a un consenso en el bloque, una persona, a nombre del bloque dice cosas que no se han resuelto, en ese momento la unidad se rompe”, comentó.

“Acabamos de firmar un documento en donde apoyamos, no solamente su gestión, sino el trabajo desde Alianza PAIS”, explicó en cambio la manabita Karina Arteaga.

POSTURAS. La consulta popular y un eventual juicio político contra el vicepresidente Jorge Glas ahondan la división de ese movimiento político. Por un lado, están las asambleístas Gabriela Rivadeneira, Marcela Aguiñaga, y Soledad Buendía, quienes en días pasados rechazaron dos de las preguntas de la consulta popular; y por otro, legisladoras como Marcia Arregui, quien se convirtió en la primera asambleísta del oficialismo en firmar la solicitud de juicio político en contra de Jorge Glas.

APOYOS. Desde las filas ministeriales también se observan los apoyos al primer mandatario.

El pasado jueves, los movimientos políticos Centro Democrático (encabezado por Raúl Ledesma, ministro de Trabajo) y Compromiso Social (dirigido por Iván Espinel, ministro de Inclusión Económica) más unas 60 organizaciones lanzaron el frente Somos Ecuador para respaldar el plebiscito. Asimismo la vicepresidenta encargada, María Alejandra Vicuña, junto a otros veinte ministros, apoyó a Moreno. 

Precisamente esta última coalición se reunió ayer con el mandatario.

En esa cita, Moreno instó a su equipo de Gobierno a mantener los principios que lo guiaron en el 2006 y a recuperar la Constitución de Montecristi, a la que calificó como su “bandera”.