En esta ocasión Pilay se inspiró en el primer tejedor del sombrero de paja toquilla, que según los escritos fue Domingo Chóez, un hombre oriundo de la parroquia Julcuy que fusionó la paja toquilla con la forma de los sombreros españoles y que a partir de ello se produjo el auge de los sombreros de paja toquilla.
El escultor dice que siempre ha buscado que su arte aporte a la historia de Jipijapa y de Manabí.
Detalla que dado a que existen varias fases al momento de elaborar el sombrero, se enfocó en el componedor, que es aquel artesano que le da el acabado y toques finales al sombrero de Jipijapa, previo a su comercialización.
Maqueta. Más de tres meses le llevó elaborar la maqueta y explica que fue por fases; primero hizo la estructura de hierro, luego modeló el rostro y las manos, y por último aplicó una malla para que se adhiera a la fibra de vidrio. “Se pulió y se dio color”, señala.
La obra llevará el mismo tono de la maqueta, se construirán peldaños, girará y se iluminará con muchas luces.
Pilay dice que está buscando el financiamiento de la obra, que proyecta su construcción en el redondel de Jipijapa, y presentará la propuesta a varias instituciones, como el Municipio de Jipijapa, Gobierno Provincial y Ministerio de Cultura y Patrimonio.