La acuacultura ocupó el segundo puesto de exportaciones con el 24,84%. De acuerdo con los balances del Banco Central, en los meses de mayo, junio y julio el camarón registró más exportaciones FOB por producto principal.

El FOB es una abreviatura de las iniciales en inglés “Free on board”, que significa “libre a bordo”.

Esta variable, usada en el comercio internacional de productos por vía marítima, quiere decir que es obligación del vendedor correr con los gastos y costos de movilización de la mercancía hasta el puerto de origen o puerto más cercano al vendedor o productor.

Solo en julio de este año el camarón generó 291 millones de dólares en exportaciones FOB, 40 millones de dólares más que las exportaciones del plátano (251 millones) en ese mismo mes.

La Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), en cambio, maneja otras variables.

De acuerdo con los datos publicados en su página web, en agosto pasado Ecuador exportó 73 millones de libras de camarón, lo que generó ventas por 221 millones de dólares.

El valor promedio de la libra fue de 3,01 dólares y el mayor destino del producto fue Vietnam. Ese país en el período enero-agosto del 2017 compró camarón a Ecuador por 911 millones de dólares.

En la lista de mayores consumidores de este producto también figuran Estados Unidos, España y China.

Por continentes, Asia acapara el 57% de la producción de camarón ecuatoriano, seguido por Europa por el 23% y América (sin incluir a EE.UU.) con el 2 por ciento.

Camaroneros. Alfredo Mera, expresidente de los camaroneros de Bahía de Caráquez, dijo que el sector ha sufrido golpes muy duros: primero, el fenómeno El Niño; después la mancha blanca y cuando la habían superado apareció Manageneración, la hidroeléctrica que comenzó a trabajar en la represa La Esperanza, y, dijo, destruyó el ecosistema del estuario por lo que tuvieron graves problemas de producción.“Después vino el terremoto, tuvimos problemas con los canales, hubo que construir infraestructura”, señaló.

Mera indicó que hubo ayuda del gobierno para limpiar los canales, pero el problema es que la mayoría de las camaroneras son concesiones y no sirven como garantía, ni siquiera para la Corporación Financiera Nacional. “Ese es un impedimento que hace que no fluya el crédito ni del sector privado ni del público”, acotó.

Sobre los precios, dijo que se encuentra estables porque la demanda internacional ha aumentado y se puede planificar a largo plazo.

Ramón Bellettini, quien tiene una camaronera en San Vicente, señaló que recibió ayuda de BanEcuador después del terremoto para mejorar y hacer arreglos porque las camaroneras se cuartearon. En su caso cuenta con equipo para asegurar una buena producción, como aireadores en las piscinas y bombas, por lo que no tiene que usar tanto el agua del mar.

Añadió que la producción es buena, hay productores que alcanzan entre 10 y 12 quintales por hectárea y los precios están buenos. En su caso aspira a producir 30 quintales por hectárea de camarón de 12 a 15 gramos, que tiene mejor precio en el mercado nacional e internacional.