Por otra parte, cada material tiene sus propiedades y caracterícas básicas, unos hacen que la edificación sea más liviana, otros hacen que la energía del movimiento se distribuya, disipándolo por toda la estructura, evitando que caiga. 

Otros materiales se usan entre la estructura y el terreno, funcionando como un aislador del movimiento. También están los materiales cuyas propiedades especiales están vinculadas a la elasticidad, para lograr que la estructura se mueva a la par del sismo, lo que hace que no caiga.

El ingeniero estructural Marcelo Romo explica que materiales como disipadores de energía o los aisladores sísmicos son usados en estructuras grandes como puentes o en edificaciones altas que estén ubicadas en zonas donde los movimientos telúricos son regulares. “Debemos entender que no solo es la compra de este tipo de materiales para una casa, edificio o puente, se deben tener otras precauciones para que la estructura sea bastante resistente. Respecto de estos, figura el estudio de suelo, para saber si se está en una zona húmeda que haría caer cualquier estructura. Además, tener buenos cimientos y reforzamiento en las columnas”, dice. 

Más alternativas. Los nuevos materiales sismorresistentes pueden llegar a tener costos elevados, pero según profesionales en construcción, hay diversas tendencias, unas nuevas y otras más tradicionales, en orden a resistir un movimiento telúrico. 

Gustavo Teneche, gerente de una empresa de construcción a base de bambú, menciona que una de ellas es la conocida guadua, de gran elasticidad. 

Por otra parte, el uso de aluminio compuesto en las paredes es otra alternativa que sirve para alivianar estructuras.