Todo lo que empieza termina, todo inicio tiene final. Somos tan proclives y aprehensivos de cosas y de personas que no queremos perderlas nunca, en ocasiones obviando la voluntad de nuestro hacedor.
El domingo 3 de septiembre del 2017, nos sorprendió la infausta e ineludible noticia de tu último viaje tras una incansable lucha digna de un guerrero, dejando un ejemplo de constancia, valentía y optimismo.
Mauricio Sebastián Encalada Calle, a los 49 años partió al encuentro con nuestro Creador, de manera silente como siempre lo caracterizó, parsimonioso, analítico, pero seguro y preciso en sus conceptos, con la sabiduría y experiencia que solo los virtuosos poseen.
Casado con la Dra. María Mercedes Flor Hidalgo; sus hijos María Belén y Daniel Mateo Encalada Flor; sus padres Dr. Daniel Encalada Alvarado y Lic. Nidia Calle de Encalada; sus hermanos María Isabel, Dana, Marcela y Daniel Encalada Calle.
Tuve el honor y privilegio de ser su compañero desde el Colegio Cristo Rey; en el CEC -aquella ciudad de lona que nos formó e instituyó el “ser más para servir mejor”-; colega en el campo de la Jurisprudencia; en la Especialización de Derecho Procesal regentada por la Universidad Andina Simón Bolívar, y en la Procuraduría General de la UTM, donde fue nuestro insigne y conspicuo Procurador General.
Mauricio deja huellas indelebles en todos, en instituciones como la Mutualista Pichincha, AGD, Cooperativa 15 de Abril, y Universidad Técnica de Manabí. Estudioso, respetuoso, prolijo y acucioso en redacción y semántica gramatical. Un señor, un caballero a carta cabal. Excepcional esposo, excelente padre, sublime hermano, extraordinario hijo, inigualable amigo.
Estas líneas son un tributo y reconocimiento al padre, hijo, hermano y amigo. Hoy nos queda tu legado de perseverar y luchar. Siempre vivirás porque trascendiste. No es más que un hasta luego…no es más que un breve adiós… muy pronto junto al fuego, nos reunirá el señor…