Los espectadores son de “palo”. Damián Zambrano lanza un 7 de corazón negro, su contrincante tiene el mismo número, pero en brillo. Lo derrotan. No se ganó ese punto, debe pensar bien la jugada para ganar.
Así es el “30”, un juego de naipes que mezcla la estrategia y raidez mental.
En Rocafuerte se realizó un campeonato organizado por la Asociación de Obreros del cantón cuyo presidente, Sergio David Cedeño, indicó que este juego ayuda a desestresar a los trabajadores en su tiempo libre, creando un ambiente de compañerismo y confraternidad.
La jugada continúa, Damián no juega solo, su compañero de mesa es Jairo Cedeño; su mirada está centrada en las cartas. Al ganar un punto Jairo no sonríe, pues cuando gane por completo podrá festejar. Para identificar el puntaje utilizan tapas de cola.
Un observador da su opinión, el juez lo retira, el resto prefiere abstenerse. La partida está por culminar. Damián aprovecha la “escalera” que formaron sus contrincantes, lanza un 3 de brillo. Ya no hay silencio, todo es algarabía, unos se lamentan, otros se felicitan, Damián Zambrano y Jairo Cedeño son los ganadores.