La situación económica del país obliga al Estado a intervenir en programas o acciones que mejoren la calidad de vida de los ecuatorianos, por ejemplo impulsando la formación de emprendedores particulares, a objeto que la aparición de éstos sea mucho más frecuente y efectiva.
Así, las posibilidades de puestos de trabajo se incrementarían, aumentando, consecuentemente, las actividades comerciales.
La vinculación de los pequeños empresarios en las ruedas de negocios permiten a estos exhibir sus productos, abriendo paso a que puedan expandir los contactos que los conducirían por caminos seguros a la cristalización de negocios, reforzando su crecimiento.
De esta manera todos ganan, puesto que el productor crecería comercialmente, aparecerían otras oportunidades de empleo, aceleraría gradualmente la circulación del dinero y el Estado recibiría más aportes en impuestos para cumplir con su obligación de construir obras comunitarias.
Y si la participación activa también proviene de las grandes empresas que buscan del emprendedor productos con innovaciones atractivas al consumidor, la tarea se torna mucho más interesante y positiva.
En Portoviejo acaba de realizarse una de esas ruedas de negocio y deben crearse las condiciones para nuevas citas, estimándose que las instituciones oficiales ligadas a la promoción y asesoría empresarial se esforzarán por buscar las condiciones adecuadas.
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