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El “dedo” que ejecutará la impunidad

Viernes 18 Agosto 2017 | 03:00

 Para los que tenemos un poquito de sentido común y observamos las cosas más allá de simplemente verlas, como coyunturalmente quieren que las veamos los que siempre están en el péndulo del  juego político, el dedo no solo debe de apuntar hacia el vicepresidente Jorge Glas Espinel, como muy bien lo advierte el presidente Lenín Moreno Garcés, sino también hacía el expresidente Rafael Correa Delgado.

Da la impresión que aquí hay un “tongo”, o en su efecto el expresidente, aún ausente sigue imponiendo su agenda, para lo cual cuenta con los llamados “avejun@s”, encargados de defender lo indefendible y desviar la atención de las arbitrariedades e irregularidades que se cometieron “sin pena ni gloria”, a fin  que  no lograremos encontrar el “ovillo del hilo” o ese gran carrete que circuló durante diez años por las obras de las coimas y sobreprecios.
Solo los “ingenuos” no se quieren dar cuenta, o se hacen porque les conviene, que ese gran “ovillo del hilo” y carrete debe apuntar hacia quien fue el autor, cómplice y encubridor de las grandes aberraciones del poder; y que en la práctica involucionaron los principios democráticos, el estado de derecho, la tolerancia, las libertades de opinión, de la equidad y justicia, por citar algunas de las conquistas de la humanidad.
Hay que estar claro que el expresidente Correa solo no hubiese causado tanto atropello hacia quienes disentían de su forma despótica de gobernar, como muy bien el presidente Moreno lo desnuda, señalando que “no va influir con su opinión en las otras funciones del Estado”, como el anterior hacía con desfachatez, porque eso direcciona los resultados de cualquier decisión.
Si Correa destruyó vidas y trayectorias de muchos ciudadanos de bien, sancionándoles con lo único que satisfacía su ego, que era la cárcel por supuestas infracciones al rey y emperador, fue porque existen jueces y fiscales obsecuentes, que a lo mejor accedieron a esos cargos por estar prevalecidos de un carné verde.
Si Correa arremetió y reprimió con violencia a manifestantes y criminalizó la protestas sociales, fue porque contó con la colaboración incondicional de altos oficiales del Ejército y de la Policía, a lo mejor porque les debían sus rangos y ascensos y no eran dignos de haberlos obtenidos en el ejercicio de una meritoria carrera militar y policial.
Si recién salen a la luz pública los actos de corrupción del gobierno de Correa, que todos ya sabíamos, fue porque contó con “periodistas” que vendieron sus conciencias y por asambleístas que incumplieron una de sus responsabilidades constitucionales, que es la de fiscalizar.
¡Paradoja de la vida! El dedo no solo debe apuntar sino ejecutar a los jueces, fiscales, militares, policías, asambleístas, periodistas, burócratas y todos quienes permitieran que nuestro país haya involucionado.
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