Claro que para permitirle el uso de un machete, sus padres debieron firmar un documento para deslindar responsabilidades, ya que están seguros que su hijo puede hacerlo correctamente.

Pero esa situación no inquieta a la administracción de la unidad de educación especializada María Buitrón de Zumárraga de Portoviejo, donde se educan 175 niños y adolescentes que buscan integrarse a la sociedad y ser parte de su progreso.

Mirian Carranza, psicopedagoga de la unidad, expresó que la familia de José es muy apegada a la producción agrícola y aquello se refleja en su comportamiento. “Siempre limpiando el patio y podando los árboles”.

En aulas, talleres y coliseo de deportes se aprecia a infantes y adolescentes derrochando vitalidad en acciones relacionadas a su desenvolvimiento.

Según Mirian Carranza, los alumnos son sometidos a evaluaciones del equipo motriz disciplinario conformado por terapistas de lenguaje, ocupacional, así como la educación inicial docente, y se establece así la educación a recibir. “Hacemos un análisis de la individualidad del estudiante y generamos adaptaciones para su aprendizaje”, citó.

Según la funcionaria, otro de los pasos es una entrevista con los padres, ya que es importante conocer el entorno del alumno, no solo en el campo afectivo sino desde las actividades que pueden generar desde la casa, indicó.

La prioridad en la educación es que los estudiantes sean independientes en su alimentación, aseo y vestimenta.

Mariuxi Sánchez sueña con ver a su hijo abrirse paso en la sociedad por sí solo y que no dependa de nadie. 

María Ostaiza, por su parte, está contenta con la educación de su hijo, ya que ha demostrado los efectos de la educación.

Cecibel Calderón dice que su felicidad plena será ver a su hijo cruzar la calle solo, tomar un bus e ir a su destino sin ayuda de nadie. “En casa hace todo por sus medios”, indicó.

Enseñanza. Un docente de una persona con discapacidad tiene un gusto especial por la enseñanza y un don muy amplio en cuanto a mística, más que el hecho de manejar 

técnicas, ya que en algún momento hay que crear espacios de trabajo, según se indicó. 

Carranza detalló que la diversidad se encuentra en los salones de clases, ya que se planifica para cada estudiante, y el maestro debe tener un compendio de habilidades, cualidades y no basta con uno, debiendo tener un corazón muy humano y la predisposición de regalar tiempo para los chicos y entregarles la oportunidad de vivir con igualdad. 

Los niños y adolescentes de la unidad María Buitrón de Zumárraga presentan discapacidad intelectual, sensoriales (visual y auditiva), así como multidiscapacidades; son educandos de 3 a 20 años de edad con nivel educativo desde inicial funcional, básica funcional y bachillerato funcional.