El psicólogo Diego Rezabala considera que en la actualidad existe variedad de relaciones sentimentales y que todas son buenas mientras nadie termine lastimado.

Para él, hablar de ‘relaciones abiertas’ no es algo de otro mundo, pues dice conocer algunos casos.

“Hay quienes les ha funcionado este tipo de relaciones, otros han fracasado en el intento”, menciona Rezabala.

Pero ante todo, primero es importante saber qué es una relación abierta, en qué consiste y si es o no posible mantener una. 

¿QUÉ ES?. Rezabala menciona que se llama relación abierta al tipo de pareja que decide que incluir a más personas en su vida no tiene nada de malo.

“Una relación abierta es un pacto que hace que ambos miembros de la pareja puedan tener encuentros de carácter íntimo con terceras personas. También existen relaciones de más de dos personas en lo sentimental, a ambos casos se los llama poligamia”, señala Rezabala.

Julia García, psicóloga clínica, indica que llevar una relación de este tipo es parte de un acuerdo entre quienes intervengan. “Siempre habrá una pareja base, es decir, mi novio o novia y es con esta persona con la que debo trazar los parámetros que va a tener mi relación abierta”, comenta García.

La profesional señala que aunque este tipo de relaciones no es algo extraño en la realidad actual, sí debe haber bastante prudencia al hablar del tema.

“Vivimos en una sociedad monogámica, es decir, que estamos acostumbrados a parejas de dos personas. Aunque siendo sinceros, en muchos casos esto es pura pantalla. Desde mi visión personal, las relaciones abiertas tienen ventajas, como la reducción del engaño”, dice García.

Ella manifiesta que la base de las relaciones abiertas es la confianza. “Generalmente se vincula a terceras personas solo por sexo y mientras haya el cuidado necesario y no se oculte esto a la pareja, la relación puede funcionar”, agrega.

Con esto coincide Rezabala. “Llevar una relación abierta es generalmente común en el plano sexual. Por eso hay que plantear las cosas con claridad antes de proponer o aceptar”, menciona.

NO ES SEGURO. Ambos profesionales manifiestan que si las dos partes están de acuerdo, todo estará bien hasta que decidan que eso debe terminar.

“Haber aceptado o recibido una respuesta positiva para mantener una relación abierta, no asegura que las cosas terminen bien. Por naturaleza los seres humanos somos celosos y en algún momento pueden presentarse problemas. Si siento que no puedo seguir con esto o que no es lo mejor para mÍ, es momento de que la relación regrese a la normalidad o que termine definitivamente”, destaca García.

Rezabala señala que antes de empezar una relación de este tipo es aconsejable acudir a una terapia de pareja. “Hay que determinar si queremos empezar la relación porque nos sentimos preparados emocionalmente para eso o es un intento por salvar una relación deteriorada. De ser así, no será la mejor opción”, argumenta Rezabala.

Otro factor que menciona García es que siempre hay que pensar en uno. “No puedo aceptar todo lo que quiera mi pareja solo para que se sienta bien. Hay que pensar en si esto va a aportar de buena forma a mi vida. Si no, es mejor decir adiós”, refiere. 

A RECORDAR. Tener una relación de este tipo es decisión de la pareja. “Es mejor no comentarlo a personas que empezarán a querernos juzgar o darnos clases de moral. Esto puede afectarnos si hemos decidido que llevar una relación de este tipo es bueno”, comenta Rezabala.

Con esto coincide García. “Hay decisiones de pareja que solo deben saber ambos, añadir a alguien más puede perjudicar el acuerdo”, expresa.

Además considera que estas relaciones pueden afectar el matrimonio. “Creo que estas relaciones deben terminar cuando he decidido establecer mi vida al lado de otra persona. El matrimonio es otra cosa y, aunque puede darse, debe ser con consentimiento y no imponiendo un estilo de vida al otro”, agrega.