Otros moradores de la ca­lle Salinas decidieron que­darse en las afueras de sus viviendas por miedo a que se produzca una nueva ré­plica con mayor magnitud. 

Antonio Zambrano, jefe de Gestión de Riesgo del Mu­nicipio de Bolívar, expresó que no se reportaron da­ños en el cantón. 

El ECU-911 registró cuatro llamadas de consulta de diferentes cantones de la provincia: dos de Manta, una de Portoviejo y una de Junín. 

Silvio Larrea, coordinador zonal del ECU-911, indicó que no se registraron no­vedades respecto al sismo. “No existieron daños de infraestructuras, en repre­sas, fluido vial y servicios básicos”, añadió. 

Asimismo, recomendó a la ciudadanía que se informe mediante cuentas oficia­les, con la finalidad de no generar temor, y recordó que ante cualquier emer­gencia se deben comuni­car al 911. 

SIN PROBLEMAS. En Pa­ján el jefe del Cuerpo de Bomberos, Carlos Morán, dijo que el temblor pasó desapercibido y que no existía ninguna novedad al respecto. 

En Olmedo, Fernando Mie­les, jefe bomberil, indicó que se había sentido algo el movimiento telúrico, pero no se había reportado ninguna novedad o emer­gencia en el cantón. 

INSTITUTO GEOFÍSICO. Según el Instituto Geofísi­co, el movimiento telúrico tuvo una profundidad de cinco kilómetros. 

En un reporte, el Instituto Geofísico explicó que este sismo, localizado aproxi­madamente a 13,2 kiló­metros al suroccidente de Calceta, es una réplica del terremoto del 16 de abril del año pasado. 

“Desde el sismo de magni­tud 6,3 a las 17h29, del 30 de junio del 2017 en Jama, hasta las 18h00 de ayer se han localizado 117 réplicas dentro de la costa ecuato­riana. El sismo de mayor magnitud de las últimas 24 horas fue de 4,7 y se re­gistró a las 14h59 (TL), con una profundidad de cinco kilómetros. El sismo se lo­calizó aproximadamente a 13,2 km al sur occidente de Calceta. Hasta el momen­to mantenemos un total de 3.860 réplicas, desde el sismo del 16 de abril del 2016”, indica la nota. 

En Portoviejo y Manta el remezón se sintió fuerte. 

Muchas personas salieron a las calles por temor a que la intensidad comenzara a crecer. 

Vecinos del edificio de la Defensoría Pública, frente al estadio Reales Tama­rindos de Portoviejo, se alarmaron ante la caída de vidrios desde las ventanas del inmueble.