Potencialmente mortal porque puede ser la causa de intento de suicidio o suicidio mismo, drama que curiosamente solo afecta al círculo social mas íntimo, diluyéndose el asombro lentamente con el tiempo. Estos acontecimientos son tomados por los actores que rigen la salud con asombrosa indiferencia.
Se conoce que la depresión tiene una base genética sólida, no obstante puede aparecer sin ella, desencadenada por fenómenos adversos abruptos como la muerte de un ser querido, un trauma afectivo, la pérdida del trabajo o la suma de adversidades menores, que algunos autores las tipifican como frustraciones que pueden acumularlarse desde el vientre materno.
Los síntomas de la depresión pueden ser evidentes y en el peor de los casos encubiertos. La tristeza patológica, al contrario de la tristeza normal o natural, puede ser reconocida porque es continua y dura más de cuatro semanas. El llanto fácil desencadenado por un estímulo no justificado o incluso sin ningún estímulo es otro síntoma cardinal. La anorexia (falta de apetito) puede ser el síntoma inicial y puede encubrir la depresión retardando su diagnóstico.
El insomnio es uno de los síntomas más comunes y por el que los pacientes acuden con mayor frecuencia a la consulta médica. El especialista debe tener la pericia de no solo tratar el síntoma sino agresivamente descartar la depresión. La anhedonia (sensación contraria al placer, generalmente el paciente refiere que no le apetece realizar ninguna actividad) es un síntoma grave de depresión y debe ser detectado de manera inmediata. Por último, las ideas suicidas o el intento de suicidio no deben ser tomadas a la ligera.
Problema con solución. Científicamente se sabe que actualmente la depresión es un problema orgánico/bioquímico de redes neuronales, en donde están implicados tres neurotransmisores fundamentales: Serotonina, noradrenalina y dopamina. La serotonina es la más importante y el déficit de estas sustancias en las uniones neuronales causaría la depresión. Afortunadamente en la actualidad poseemos un arsenal de fármacos muy efectivos para recuperar el nivel de estas sustancias y el tratamiento en manos expertas será exitoso evitando suicidios y muertes.
Incluso si el tratamiento farmacológico fracasa, tenemos en Portoviejo un tratamiento moderno con estimulación cortical eléctrica, cuya eficacia ha sido demostrada a nivel mundial. El objetivo de este artículo tiene como primera finalidad dar a conocer a la colectividad la naturaleza y agresividad de este flagelo. En segundo lugar, solicitar a las autoridades de salud locales y nacionales acciones concretas para contrarrestarlo. Y por último hacer conciencia de que es un problema con solución y nos involucra a todos.