Cerca de la ahora alicaída “Industrias Ales” de Manta, hace unos 30 años yo tenía un importante negocio y residía contiguo con mi numerosa familia; sucedió por esos tiempos, que en una esquina de la Av. 113 y calle 114 abrieron un pequeño asadero de pollos con unas cuantas mesas, lo que no era nada novedoso, cuanto si -para mi y alguien más- el peregrino, redundante y nada comercial nombre con que identificaban dicho negocio, no siendo otro que el ahora muy popular, que es el título de esta nota.

Teniendo que alimentarme con los míos, considero que fuimos iniciales y buenos consumidores de la excelente calidad y precios de lo que ahí expendían, lo que pronto también se ofreció en Tarqui y luego se amplió a otras ciudades de la provincia y el país, multiplicándose así la  iniciativa y tenacidad de José Delgado, con quien luego compartimos un directorio de la Amcham. Volví a saber de él, cuando la prensa informó que, interrumpiendo su marítimo descanso en las playas de Tarqui, heroicamente él salvó a una familia que se ahogaba en dichas aguas, demostrando así su sentido humano y solidario; lo que ratifico, conocedor que soy del apoyo que él, luego de lo que por obligación proporcionó el IESS, proporciona a los deudos de un empleado suyo, trágicamente recién fallecido.