Pero no podía seguir esperando que el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) cumpliera el ofrecimiento de asignarles el bono de reconstrucción, así que invirtió y reparó su departamento en el quinto piso, donde vive con un hermano y duerme “con un ojo cerrado y otro abierto” en caso de que se repita un sismo. El temblor de 6,3 grados del 30 de junio los asustó, pero no tienen dónde ir. 

Su vecino Wilson Muñoz solicitó un crédito para arreglar un local comercial y un departamento en el mismo edificio. 

Un año antes del terremoto había comprado el departamento, así que renegoció la deuda para ampliar el valor porque, afirmó, tampoco se puede sentar a esperar la ayuda prometida de asignarles 4.000 dólares para reforzar los departamentos. 

Recordó que se hicieron estudios de suelo y estructurales que comprueban que los edificios no tienen daños mayores, solo en mampostería.

En el sector algunos vecinos han retornado, aunque se sienten inseguros. 

Comercio. Emerson Núñez alquiló un local para farmacia e invirtió en las adecuaciones. Manifestó que está optimista de que las ventas serán buenas.

José Mejía, que hace 15 días abrió un bar, en un local alquilado, dijo que las reparaciones deben llegar para que el sector se recupere.

Marcos  Paredes, director provincial de Miduvi, señaló vía telefónica a El Diario que hoy se pronunciará sobre el tema y que la coordinadora zonal ya se estaba reuniendo con el secretario de la Reconstrucción para tratar este asunto.