El viernes la familia de Bradley anunció la muerte del pequeño, quien sufría de neuroblastoma, un extraño tipo de cáncer.

Fue diagnosticado con esa enfermedad cuando tenía 18 meses y su historia conmovió a muchos. 

El jugador se acercó al niño al enterarse de su caso y de que Bradley lo tenía como ídolo desde su paso por el Sunderland en la Premier League. Tras dejar ese club y pasar al Bournemouth, el futbolista siguió frecuentando a su pequeño amigo hasta sus últimos días de vida.  

En el 2016 se recaudó más de $ 900.000 para que el pequeño recibiera un tratamiento con anticuerpos en Nueva York, pero los médicos descubrieron que su cáncer había empeorado y que era terminal. El pasado 1 de julio, la familia publicó una foto del niño con Defoe que fue a visitarlo.

El jueves, antes de la muerte de Bradley, Defoe rompió en llanto en una conferencia de prensa, cuando se refirió al niño. “Estará siempre en mi corazón”, dijo. 

El adiós. El delantero se mostró devastado por la muerte de su amigo y el sábado publicó una carta de despedida en sus redes sociales que traspasa a quien se disponga a leerla. “Adiós mi amigo, te voy a extrañar mucho. Me siento tan bendecido por Dios desde que te trajo a mi vida y viví algunos momentos increíbles contigo, por los que estoy muy agradecido. Nunca olvidaré la forma en que me miraste, cuando te conocí por primera vez, el amor genuino en esos lindos ojos. Realmente me resulta difícil encontrar palabras para expresar lo que significas para mí. La manera que tenías de decir mi nombre, tus sonrisas al ver que las cámaras venían y te sentías como una pequeña superestrella y el amor que sentía cuando estabas conmigo. Tu coraje y valentía seguirán inspirándome para el resto de mi vida. Nunca sabrás lo que me has cambiado como persona. Dios te tiene en sus brazos y siempre te llevaré en mi corazón. Duerme tranquilo pequeño. Mi mejor amigo”.