Ese fue el pedido que realizó el alcalde de ese cantón, Gustavo Pareja Cisneros, al ministro de Cultura, Raúl Pérez Torres, a quien invitaron a las fiestas que se realizarán en septiembre próximo.
En el 2003, esta ciudad de la provincia de Imbabura fue declarada por el entonces Congreso Nacional, hoy Asamblea Nacional, como ‘Capital Intercultural del Ecuador’ por el fortalecimiento intercultural, como un símbolo nacional y como referente internacional para la vida de los pueblos andinos y latinoamericanos.
Ahora Otavalo busca esta nueva designación porque ‘La Fiesta del Yamor’ no solo la viven los otavaleños sino que “ha trascendido fronteras y se ha convertido en una conmemoración internacional”, recalcó el alcalde, quien manifestó que Otavalo tiene a sus embajadores en todo el mundo.
Pérez respondió que “el Ministerio está abierto al pedido de declaratoria”.
Que pasará. El concejal de Otavalo y director de las fiestas del Yamor 2017, Carlos Cevallos, aseguró que el proyecto de pedido de declaratoria de Patrimonio Intangible está listo.
Está sometido a las últimas revisiones y esperan entregarlo antes de las fiestas de septiembre.
La declaratoria de Patrimonio Intangible a ‘La fiesta del Yamor’ permitirá tener mayor facilidad para impulsar el desarrollo de la cultura en Otavalo, para que haya más apertura en los organismos nacionales y para que exista mayor proyección a escala internacional, aseguró Cevallos.
Lo que promueve. En los días de fiesta se promueve la identidad cultural de Otavalo y riqueza ancestral a través de actividades culturales, artísticas, sociales, artesanales, deportivas y turísticas.
‘La Fiesta del Yamor’ se remonta a épocas inmemoriales y la era contemporánea. Un grupo de jóvenes otavaleños soñadores y visionarios del barrio Monserrat vieron la necesidad de institucionalizar la festividad en 1952.
El objetivo era la reivindicación cultural que aglutina el agradecimiento a la Pachamama por la generosidad de la cosecha; la presencia de la religiosidad puesta de manifiesto en la veneración a la Virgen de Monserrat, patrona de Otavalo, y el reencuentro de sus hijos/as con su terruño.