Inmediatamente respondió Alberto Acosta, excoideario de Rafael Correa y expresidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi, hoy crítico de Alianza PAIS. Acosta dijo que “el poder por el poder embrutece y empezar a perderlo como le sucede a Correa hasta desquicia”.

El PRE. Pero Correa fue más allá, aseguró que “nuestra Revolución es una revolución de amor, no de odio, pero jamás debemos olvidar con quién nos sentamos a la mesa, a riesgo de legitimar a los que saquearon a nuestro país, desaparecieron a nuestros niños, ultrajaron a la República con sus vulgares componendas”.

Incluso aseguró “que se pacte con los Bucaram y se les entregue Cnel es corrupción, es el país del pasado”.

Tras eso, Marcela Aguiñaga, asambleísta del movimiento de Gobierno, indicó que no puede ser parte de un Gobierno que estaría cogobernando con el ‘bucaramato’, a los que calificó como “la historia más rancia, politiquera y más nefasta que hemos vivido los ecuatorianos”.

“Insisto en invitar a los medios de comunicación a que investiguen de militantes excandidatos del PRE (Roldosismo) hoy FE (Fuerza Ecuador) que están dirigiendo eléctricas del país, en la provincia de Guayas, en la provincia de Manabí”, dijo.

Indicó que hay algunos asesores excandidatos de FE, de estas últimas elecciones, como “Intriago, que es el gerente general de las eléctricas del país; los asesores de él, un doctor Quevedo, me parece que el señor Carlos Luis Juez, excandidato de FE en estas últimas elecciones del 2017”, agregó.

Estas aseveraciones se dan tras los diálogos del presidente Lenín Moreno con políticos de oposición, entre esos su pasada cita con Abdalá Bucaram Pulley.

El ciudadano Geovanny Bravo cuestiona este tipo de reflexiones, ya que destacó que el partido de Gobierno ofreció gobernar con los mejores ciudadanos, sin considerar de qué partido fuera. 

Pero fue más allá y recordó que “cuando el PRE les sirvió con Elsa Bucaram en el CNE para destituir los diputados y consolidar el modelo del correísmo no les molestó, y tampoco cuando los asambleístas de ese partido y Jorge Marún cogobernaron con ellos”.

APOYO AL DIÁLOGO. Desde fuera del Gobierno se apoyan las iniciativas de acercamientos.

Jimmy Jairala, prefecto del Guayas, cree que el país necesita reconciliación.

Asegura que la etapa de la confrontación pasó. “Las conquistas se mantienen y lo que no funciona se cambia”, dijo.

Carlos Larreátegui, exsecretario de la Administración Pública en el Gobierno de Sixto Durán Ballén, también ve algo bueno. Considera que tras una  década correísta llena de agresiones, odio y calumnias, pequeños gestos comienzan a liberar tensiones y descontaminar la atmósfera social.

El exlegislador Diego Ordóñez opina que el exmandatario “lloriquea”, por lo que, estima, sólo son concesiones “efectistas” de Lenín Moreno. Según su punto de vista, Correa no reconoce “que la mayor lealtad es la defensa del vicepresidente Jorge Glas”.

PIDEN AIRE. Ramiro Aguilar, excandidato a la vicepresidencia por FE y exlegislador por SUMA, cree que es evidente que Correa va de retirada en su influencia sobre las instituciones del Estado, a la par que es notorio el posicionamiento de Moreno. Por eso, según Aguilar,  es necesario darle aire a Moreno. 

“Aire y espacio político para que Moreno, a su modo, con sus tiempos, vaya dándole cristiana sepultura a la infamia y a la arbitrariedad”.Pero el exlegislador agrega que en el fondo “la cuestión sigue siendo económica y en eso vuelvo y repito le veo tardón al Gobierno de Moreno”.

No faltan quienes no ven una evolución de fondo. Entre ellos está el productor audiovisual y activista tuitero Carlos Andrés Vera, quien en esencia evidencia que se están dando cambios pequeños y de forma, no de fondo. Incluso se atreve a decir que “impunidad no es cambio”, en clara referencia a lo que la oposición denomina poco avance en el castigo a los grandes casos de corrupción.

Al cierre de esta edición el expresidente comentó las palabras de Lenín Moreno en la que pedía ser leales al legado de Correa. “No me quiera tanto compadre. Obras son amores, todos pueden hablar bonito, pero en esta semana han habido muchas contradicciones y desaires”, dijo. 

Agregó que “se están cometiendo grandes errores” en el Gobierno. 

Ayer en la tarde, el presidente tuvo que reunirse con los asambleístas de su partido para analizar la agenda legislativa, pero también para abordar las diferencias que se hicieron públicas.

La expresidenta de la Asamblea Gabriela Rivadeneira cree que el diálogo debe ser con el pueblo y la mayoría de la población, y no se reduce a conciliaciones con actores políticos de la partidocracia, “contra los que hemos luchado durante más de una década”.

Doris Soliz considera que “hay una preocupación de los asambleístas de que los diálogos crucen ciertas líneas rojas que nuestro proyecto no puede cruzarlas, como acuerdos con la derecha para retroceder en avances que el país ha tenido”.

Este presidente es de la Revolución Ciudadana, que quede bien claro, respondió Lenín Moreno.

NO SE ASUSTEN. Las diferencias son parte de la maravillosa diversidad que hay en el mundo. ¡Qué horroroso sería que todos pensáramos igual!, dijo.

Yo no sé por qué nos preocupamos de que en las cúpulas existan diferencias, así es la vida, agregó. 

Añadió que jamás intentó fraccionar el partido. Pidió que alguno de los presentes en la reunión le manifestara si hizo alguna llamada o insinuación sobre el tema.