“Goyito” tenía el 85 por ciento de discapacidad. Sus extremidades inferiores eran pequeñas y no podía caminar, por lo cual se movilizaba en un carrito de madera.

Su humilde vivienda está ubicada en el sitio Nueva Granada de la parroquia Crucita, donde él junto a sus hermanos menores, quienes padecen la misma enfermedad, se sentaban al filo de la vía y recibían ayuda económica de las personas que transitaban por el sector. 

La muerte. Vicente Ávila, padre del fallecido, manifestó que el sábado en la noche su hijo tenía un dolor en el abdomen, por lo cual lo llevó a donde un médico particular en la parroquia Charapotó para que lo atendieran.

Aseguró que el doctor no estaba, pero la enfermera lo contactó por teléfono y él le dio las indicaciones para que le administrara un suero con tres inyecciones.

El hombre afirmó que el médico nunca llegó a atender a su hijo y cerca de las 04h30, como el estado de salud había mejorado, le dieron el alta y regresaron a su casa.

El domingo, aproximadamente a las 09h00, “Goyito” recayó con el dolor y lo llevaron nuevamente al médico, pero la historia se repitió ya que el doctor no estaba y la enfermera por vía telefónica fue instruida para atenderlo; sin embargo, el dolor cada vez fue más intenso.

Vicente aseguró que pidió ayuda a la Policía y cogió a su hijo para llevarlo al hospital de Rocafuerte, pero murió en sus brazos.

Agentes de la Dinased y de Criminalística realizaron el levantamiento del cadáver y lo trasladaron al Centro Forense para que le realizaran la autopsia y determinar las causas de la muerte de “Goyito”.

Vicente Ávila aseguró que denunciará el caso.