Ayuda. Flor Rodríguez Zambrano indicó que perdieron todo la noche del siniestro, y que la ayuda recibida ha sido de los vecinos, quienes les prestaron colchones, camas, sábanas, utensilios del hogar, y una cocineta en la que preparan sus alimentos. 

Mencionó que la vivienda no es de ellos, sino de una persona a quien le cuidan su propiedad, y que les está construyendo otra casa porque no tienen dónde vivir. 

“Aquí hay moscos, moscas, el olor del estiércol del ganado es lo que respiramos día a día. Es difícil conciliar el sueño y cuando uno piensa en lo sucedido es difícil evitar llorar”, comentó la afectada. 

Brilligth Rosado sostiene que aunque la casa que tenían no era de ellos se sentían bien, y agradecen al propietario de la finca que les está construyendo otra vivienda porque son de escasos recursos económicos y no tienen dónde más ir a vivir.

 

Drama. “Aquí vivimos siete personas, mis dos padres, dos hermanas, mi esposo y una hija pequeña que tengo, ojalá que nos puedan dar la mano porque es difícil lo que estamos atravesando, no sabemos cuándo nos pedirán los colchones, las camas, o hasta la cocina”, señaló.

Hasta la vivienda improvisada en el corral llegaron miembros del voluntariado Hermano Ten mi Mano, quienes entregaron alimentos, sábanas, toldos, porque han constatado la situación en la que se encuentra esta familia, declaró Janeth Arteaga, presidenta de la agrupación.

La voluntaria Fresia Moreira dijo que harán un seguimiento de esta familia, ya que está viviendo en condiciones no dignas, pero que a pesar de eso tiene un lugar donde estar.