La intervención de tres respetables damas en funciones de asambleístas, una de ellas manabita, entrevistadas en relación al manejo del país y sus deberes como legisladoras, renueva la inquietud ciudadana sobre la conciencia con que los integrantes de la Función Legislativa han llegado a sus curules.
La interrogante continúa porque parecería que la responsabilidad principal -si no única, por lo menos para algunos- sería la de seguir disposiciones partidistas, de defensa a posiciones políticas o ideológicas, antes de sus responsabilidades elementales, básicas, como son las de fiscalizar las labores del régimen y pensar en el bienestar ciudadano creando leyes para el progreso del país.
Y en el diálogo televisado de las tres asambleístas, la manabita fue cuestionada por no interesarse en la manera cómo está invirtiéndose los recursos asignados a la reconstrucción, presentándose denuncia de inversiones suntuosas alejadas al objetivo de la tragedia.
Aquello debe servir de alarma e invocación particularmente para los “honorables” de esta provincia a vestir la camiseta representativa, en especial ahora, observando más de cerca las actividades desarrolladas por el comité a cargo de la reconstrucción, fiscalizando, pormenorizada y completamente, los gastos realizados y el manejo de los miles de millones de dólares reunidos por la solidaridad nacional e internacional.