Esto obliga a las redes sociales a eliminar determinados contenidos para evitar ser sancionadas.
La ley, que no contó con el respaldo de la izquierda y de un diputado conservador y en cuya votación se abstuvieron los verdes, obliga a redes sociales como Facebook y Twitter y plataformas como YouTube a eliminar “contenidos manifiestamente delictivos” en un plazo de 24 horas una vez denunciados.
En casos considerados menos flagrantes, el margen para borrarlos se amplía hasta siete días.
Las empresas que incumplan sistemáticamente esta obligación podrán ser multadas con hasta $ 57 millones, señala la ley, cuyo borrador fue presentado en marzo pasado por el ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas.
Los contenidos eliminados deben ser, al mismo tiempo, conservados a modo de prueba de su contenido delictivo, subraya la ley, que además obliga a las empresas a informar trimestralmente sobre su gestión de las denuncias de los usuarios.
En este sentido, la ley -dirigida contra contenidos que incurran en injurias, amenazas, incitación a la violencia y delitos de odio- establece que los administradores de las plataformas cuenten con un procedimiento eficaz y transparente en materia de gestión de denuncias, identificable, de fácil acceso y siempre disponible para el usuario.
Activistas pro derechos humanos, defensores de la libertad en la red y las grandes empresas tecnológicas de Sillicon Valley se habían pronunciado en contra del proyecto de ley presentado por Maas.
Criticaron que la ley delega en las empresas la responsabilidad de decidir qué contenidos son legales y cuáles no.