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“QUE SALGAN LO PAYASOS”
“QUE SALGAN LO PAYASOS”
Por: Jaime Enrique Vélez

Viernes 30 Junio 2017 | 04:00

Hace algunos años llegó a Portoviejo uno de los tantos circos que solían venir por estos lares; me animé y asistí a una de sus presentaciones.

En su programación se presentaron las fieras, contorsionistas, equilibristas, trapecistas entre otros y los infaltables y afables payasos. En la actuación de “Las águilas del espacio”, apelativo conque la voz del circo anunció a los trapecistas, mientras volaban y se asían de las manos, uno de ellos no lo hizo con la precisión requerida y se precipitó al suelo.

Recuerdo que él cayó sobre la red de protección y por la fuerza de la caída rebotó violentamente y su humanidad se estrelló contra el piso; un ambiente de tensión y desesperación se apoderó de los asistentes por la gravedad del accidente. Ante todo esto se escuchó, una vez más, a la voz que animaba decir, “El circo no debe llorar, el circo no puede parar, el espectáculo debe seguir, que salgan los payasos a hacer  reír”.
Esta historia, que es la tradición de todos los circos del mundo, es también penosamente la nuestra. Por estos tiempos nuestra patria se asemeja a esos circos, hay fieras que pelean a dentelladas por un espacio de poder; malabaristas que juegan con las opciones partidistas ofreciéndose al mejor postor, bajo la condición de ser fiel a su patrón y ayudar con su actuación. 
En este tablado también existen  - y de a bastante - los contorsionistas; son aquellos funámbulos que se cambian siempre de tienda política de acuerdo a sus intereses; es por eso que parecen camaleones, porque se han vestido de toda la gama electoral. Es que en el circo  también su carpa inmensa es multicolor.
¿Cuál de nosotros en el circo no ha sudado frío y ha dejado de respirar mirando a un equilibrista  haciendo sus piruetas sobre una cuerda a varios metros de altura? Esta escena no sólo es circense, en nuestra cotidianidad vemos a muchos de ellos mostrando sus “aptitudes” lisonjeando al líder de turno, para acreditarse sus favores. “Venga, venga al circo, que es cultura y diversión”, pregonan sus carteleros.
Y cuando ese gobernante se ve en apuros por sus malos manejos de la cosa pública y es conminado para que rinda cuentas claras de su administración, igual que en el circo saca a sus “payasos” para que distraigan al pueblo. Pero estos bufones no hacen chistes ni gracias de arlequines, ellos tratan de amedrentar e imponer su poder bajo amenazas y otros argumentos que lesa la honra y dignidad social. 
Ofrezco mis disculpas y respeto a todos esos ciudadanos que tienen como oficio el de payasos, ellos son  paradigmas de su honesta profesión; me precio de ser buen amigo de muchos de ellos y, como decía mi recordado pana Maquilón, cojo mi bici y cantando “payaso, soy un pobre payaso”, me voy. 
 
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