La primera tragedia ocurrió en enero pasado, en Portoviejo. 

La madre de “Andrés” fue asesinada a puñaladas dentro de su casa y a varios metros del lugar, en unos sembríos, fue encontrado su padre agonizante por un veneno que presuntamente habría ingerido, y murió luego de dos días de estar hospitalizado.

Según el informe de la Policía, el caso se habría tratado de un femicidio-suicidio, es decir, el esposo habría asesinado a su mujer y luego se habría envenenado.

Tras esa tragedia, los dos hijos de la pareja fueron auxiliados por la Policía y puestos en manos de la fundación Nuevos Horizontes hasta que aparecieron “Edwin” y su esposa “Carmen”, quienes se hicieron cargo de los niños.

“Carmen”, nombre protegido, era familiar de la mujer asesinada.

Luego de firmar un acta en la que se comprometían a darles un buen hogar y cuidado a los menores, el proceso fue avalado por la Junta Cantonal de Protección de Derechos de la Niñez y Adolescencia de Portoviejo, informaron los integrantes del hogar de acogida.

OTRO GOLPE. “Edwin” y “Carmen” emprendieron la tarea de intentar cambiar la historia de los niños, pero una nueva tragedia tocaría la puerta.

El hermano de “Andrés” falleció hace tres semanas  en Guayaquil.

“Carlos”, de 10 años, falleció posterior a una intervención quirúrgica de corazón abierto que le realizaron en la búsqueda de la solución a una afección cardíaca que padecía desde su nacimiento.

“Andrés” se enteró de la muerte de su hermanito  en la unidad educativa donde estudia, en el cantón Santa Ana.

“La directora del establecimiento fue la encargada de darle la noticia y el niño, como es natural, se puso a llorar. Él ya sabía que su hermano tenía un problema grave y que la recuperación era complicada por la falta de tratamiento en sus primeros años de vida”, contó “Carmen”.

El niño fallecido fue testigo del crimen de su madre, recordó la mujer.

TRATAMIENTO. “Carmen” recalcó que ahora lo más importante es que el niño sobreviviente de esta tragedia familiar se sienta bien, lo cual no será sencillo por todo lo que ha pasado en tan corto tiempo.

“Hace unos días fue a una fiesta infantil, pero se regresó y me dijo que se sentía solo. Yo le dije que nos tiene a nosotros y a mis otros dos hijos de 14 y 6 años. Ellos (mis hijos) están brindándole todo el cariño posible para que sienta el calor de hogar y pueda reponerse de esta tragedia”, relató “Carmen”.

“Edwin” señaló que al igual que a sus hijos de sangre, a “Andrés” le da buen ejemplo para que con el tiempo se convierta en un hombre de bien y provechoso para la sociedad. 

El padre adoptivo se dedica a la agricultura en Santa Ana.

“Carmen” recalcó que “Andrés” está bajo tratamiento terapéutico y psicológico y favorablemente es un niño tranquilo y con buenos sentimientos.

“Andrés” contó que le gusta el fútbol y que es hincha de Barcelona y admira al argentino Damián Díaz. A nivel internacional su favorito es el argentino Lionel Messi.

Sostuvo que le gustan las ciencias naturales y aspira a ser médico.  Lo más difícil es inglés, señaló.