De pronto uno de ellos sacó de entre sus ropas un revólver y amenazó al dependiente con disparar en caso de resistirse al robo. El vendedor, con la intención de salir bien librado del atraco, no dudó en entregarle todo el dinero existente en la caja registradora.

Los hampones, con el botín en sus manos, enseguida se retiraron del lugar. Lo hicieron uno detrás del otro, buscando no llamar la atención, precisó la fuente.

Luego del hecho el piloto puso en marcha la moto, esperó a su cómplice y luego fugaron en dirección al hospital Verdi Cevallos Balda.

El dependiente asaltado, por su parte, denunció el hecho a la Policía.

Reciente. Otro de los dependientes de la farmacia explicó que abrieron las puertas del local hace diez días, luego de más de un año sin actividad, tras el sismo del 16A. 

El local comercial hasta el 16 de abril del 2016 funcionó en la intersección de la calle Rocafuerte y avenida Guayaquil.

“Vaya forma de demostrar que nos extrañaban”, dijo con ironía uno de los empleados del establecimiento.

Moradores del sector, por su parte, dijeron no extrañarse por el hecho, ya que los atracos por parte de motociclistas armados son frecuentes. Los asaltados son por lo general los proveedores de medicinas, así como de diversos locales comerciales.

“Las enfermeras del hospital son asaltadas a cada rato. Los pillos ya saben su hora de ingreso y salida, así que las abordan con mucha facilidad”, indicó uno de los comerciantes de la calle Rocafuerte.