Luego de varias semanas permitió que derrocaran el inmueble pensando que le construirían uno nuevo, comenta.

“Se nos dijo que había que demoler para poder reconstruir o podernos adecuar”, indica.

Navarrete menciona que ante la falta de ayuda por parte de las autoridades, no tuvo otra alternativa que construir su casa con las hojas de zinc, pero cuando el sol aparece, el calor no se soporta.

“Esto es un horno completo, pero es lo único que tengo”, afirma.

El hombre es consciente que está en una zona de riesgo y no podrá construir una casa de hormigón, pero dice que al menos le deben ayudar con la construcción de una vivienda de madera, pues no tiene más donde ir.

 

No saldrá. María Guadamud vive en este mismo sector con su madre, y asegura que no permitieron demoler su casa, pues no resultó muy afectada.

Indica que aún así le han informado por parte del municipio que deben evacuar, pero dice que no está dispuesta a abandonar su vivienda mientras no reciba una indemnización justa.

Guadamud afirma que los terrenos han sido herencias de sus abuelos y siguen pagando los impuestos prediales.

 

Afectados. Los moradores indican que unas doce familias son las que vivían en este sector, pero luego del terremoto algunos se fueron, pero mantienen sus terrenos.