“Llegan con sus hijos, sin ropa. Cada vez que esto pasa la comunidad se activa, unos donan víveres, otros prendas de vestir, incluso hay quienes les vienen a dejar el almuerzo o la merienda”, cuenta Karina Vera, quien forma parte de la Red de Mujeres, entidad que apoya el proyecto.

Han sido más de una docena de casos los que se han atendido en la casa. Las mujeres pasan unos días allí, hasta que sus familias las vayan a buscar o ellas viajen a encontrarlos. Otras en cambio son trasladadas hasta una casa de acogida en Quito y unas cuantas deciden regresar con sus maltratadores.

Apoyo. En el sitio, las víctimas reciben asesoramiento legal y apoyo moral, señala Ximena Orosco, presidenta de la Junta Parroquial de Luz de América principal artífice de la iniciativa.

La casa no cuenta con apoyo del Estado, ni recibe recursos del Ministerio de Justicia, informó.

“Este es un sueño que comenzó hace 15 años, cuando nos dimos cuenta que en la sociedad machista en la que vivimos, ni el hombre ni la mujer tienen la culpa de la violencia de género, solo el que tiene más fuerza se impone al débil. Solo en Luz de América hay siete niños huérfanos, su madre fue víctima de femicidio y su padre está preso”, expone.

A pesar de no tener recursos “Madre Luz” recibe a las mujeres víctimas de la que Orosco llama “una realidad encubierta”.

En Santo Domingo de los Tsáchilas, en lo que va del año se ha registrado un femicidio. A nivel nacional se cuentan 68.

Desde el 8 de marzo del 2014, fecha en que la Casa de Acogida “Madre Luz” abrió sus puertas ha dado apoyo al menos a cinco mujeres violentadas y también ha recibido casos de pobreza extrema y de enfermos terminales que han sido abandonados por sus familias. 

Esta semana Ximena Orosco firmó un convenio que le permitirá recibir el apoyo de la prefectura a través de la Empresa Santo Domingo Construye. 

Pedro Alcívar, subgerente social de la entidad, dijo que el aporte será de implementos y de dos profesionales, un abogado y un psicólogo.

La casa “Madre Luz” espera el aporte para poder seguir ayudando a las víctimas de una sociedad machista.