Milton Martínez, presidente de la junta parroquial, informó que a las 08h00 de ese día desde la comunidad de Moraspamba saldrán los danzantes acompañados de los alcaldes para ingresar bailando al centro parroquial, donde desde las 11h00 se oficiará la misa de fiestas.

Informó que también ese día será la parada de castillos con los palos ensebados, donde se colocan animales, ropa y artículos para que los más hábiles trepen y se los lleven.

Martínez confesó que esta celebración es parte de la tradición cultural de la parroquia, pues hace más de 50 años los moradores de las comunidades de Calhua Grande, Llantantoma y Angahuana realizaban los rituales del Corpus Christi en compañía de los danzantes, y para no perderla fue adoptada por los habitantes del centro parroquial.

Comentó que antes los miembros de las comunidades pasaban entre ocho y quince días celebrando el Corpus Christi con la danza y que ahora se nombra a los alcaldes, que hasta este momento son dieciséis, incluido él, para que salgan con los danzantes.

Aseguró que la intención tanto de la junta parroquial como de los alcaldes, así como de la comisión encargada de la celebración, es impulsar y fortalecer el aspecto cultural, especialmente para que los niños y jóvenes se compenetren en las fiestas del Corpus Christi y sigan el legado de sus ancestros.

En días pasados en el coliseo de Martínez se desarrolló el festival de danza folclórica, en donde se disputó “El danzante de 

oro”. 

Tradición. El Corpus Christi es una de las fiestas religiosas más tradicionales y antiguas que se celebran en Ecuador, que conserva características mestizas. 

Se recuerda en el mundo católico en honor al Cuerpo de Cristo, para agradecer los favores recibidos. En Ecuador este acontecimiento tiene matices de la cultura indígena. 

Además la celebración resume el profundo agradecimiento a Dios y a la naturaleza por las cosechas recibidas en sus campos.

Significado  El baile del danzante del Corpus Christi proviene de Anta Citúa y Cápac Citúa de los incas. El primero se realizaba en julio, cuando los oficiales y soldados lucían con las mejores galas: morriones dorados, plumajes, joyas y armas de cobre bruñidas, resplandeciendo en las manos para utilizarlas en juegos y 

figuras militares durante el baile.

En agosto tenía efecto el Cápac Sitúa, baile más solemne, poderoso y brillante de los mismos guerreros con sus armas. Se llamaba también ‘Yapaichi’. El danzante Tushug o Sacerdote de la lluvia baila de gozo por la cosecha del maíz mediante ritos de guerra en honor al Inca o Cacique principal.

Antiguamente, a manera de esclavo, el danzante rendía culto con sus brazos y ritmos emulando al cóndor de los Andes. Su traje se complementa con una planta de maíz que la lleva específicamente en la mano derecha, como un símbolo de prosperidad. También existen otros personajes dentro de la fiesta.