> Precauciones. “Para una construcción con caña, por ejemplo una casa, desde antes de comenzar la obra se debe tener un proceso con la guadúa desde el día de corte hasta que está lista, con métodos manuales, que demora casi 6 meses. Sin embargo se comete el error de que a los 45 días ya se la está usando en la estructura, eso es gravísimo, porque esta no se ha estabilizado con el ambiente en su secado”, menciona Teneche.

Agrega que de ahí el mantenimiento y el diseño con el material son parecidos a cuando se usa el ladrillo y el concreto, con revisiones para saber cómo se mantiene en el tiempo la estructura.

 

> Mantenimiento. Para el arquitecto Raúl Cordero es importante usar un aditivo adecuado para que la caña resulte menos combustible y tenga un aspecto estético agradable.

Menciona que en cuanto a mantenimiento se debe revisar el estado de la estructura cada dos años, al igual que la pintura, para saber si necesita ser reemplazada.

Entre las ventajas que tiene la caña, Cordero explica que puede ser inclinada, torcida, doblada para darle un aspecto diferente a la construcción, y se puede tener además una buena ventilación, produce sombra y se adapta a otros materiales, como el cristal o el acero. 

Para las construcciones con caña se requiere “un proyecto adecuado, respetando las normas de edificación planteadas para la caña guadúa (...), tratándola con preservantes biodegradables y amigables con el ambiente; y contar con profesionales y mano de obra calificada”, ha señalado el arquitecto Roberto Pinos Rivadeneira en una nota de opinión en El Universo.