Actualizado hace: 940 días 6 horas 29 minutos
¡Vamos al cerro Montecristi!

Dicen que el cerro es un volcán inactivo. Que allá, a 430 metros de altura, hay una laguna. Dicen, y es lo que más se comenta, que quien intenta sacar una fruta de allí se perderá en los senderos.

Domingo 11 Junio 2017 | 04:00

Del cerro de Montecristi se dicen muchas cosas, pero generalmente todas son fábulas, historias para turistas. 

Lo que sí es verdad es lo que Alejandro Mero, de 77 años, sabe de este lugar. Allá arriba, asegura, hasta hace 30 años los estudiantes de colegios de Manta y Montecristi  recogían musgos para armar los pesebres en Navidad. 
Allá subía él a cazar guantas y venados. Había café, guaba y naranjas. 
Ahora, dice, ya no hay nada de eso. “Por muchos años la gente vino de otras ciudades y subía sin ningún control y aquello acabó con todo”, explica.
Ignacio Reyes, habitante de Montecristi de 54 años, cuenta que hace 25 años hallaban hasta tortugas. “¿No me cree?”, pregunta mostrando un rostro de incredulidad. 
“Allá hasta tigrillos había, no sé si seguirán, pero de que había, había”, agrega. 
Montecristi es un cantón de 70 mil habitantes, donde desde hace más de 50 años el cerro es su atractivo turístico más representativo. 
Pero era un turismo sin control. A partir del 2010, con una prohibición de escalar el lugar durante tres meses, empezó un proceso de recuperación que se oficializó en el 2015. Desde ese entonces ya hay normas para subir al cerro.
La recuperación. Desde el 2005, cuando la Fundación Ecológica Nueva Vida empezó a trabajar en el cerro, unas cinco mil latas de atún han  sido retiradas del lugar. 
Pero no es lo único. Los preservativos, las envolturas de galletas o chitos son el segundo tipo de desechos que más se halla en el cerro. 
Daniel López es el presidente de la fundación. Él comenta que actualmente existe un control más riguroso en el sitio. “Damos charlas y hay cambios significativos, por ejemplo ya no pueden subir latas con atún ni galletas en sus envolturas. Tampoco botellas con agua. No queremos que dejen basura. Pueden subir cualquier tipo de alimentos, pero en viandas o tarrinas y el agua en tomatodos o pomas que deben bajar”, indica.
López dice que a cada grupo que intenta escalar se le revisa las mochilas. Así se evita que suban alcohol, drogas o cuchillos. 
La fundación ha establecido  varias normas que deben cumplir todos los visitantes.  Cada mes unas 300 personas suben el cerro de Montecristi. 
El 80 por ciento lo hace por El Centinela, la ruta más recomendable y segura, pero hay un 20 por ciento que escala por los otros cinco accesos que tiene el cerro (ver infografía). “El de Los Bajos es el más complicado  y lodoso.  El más fácil es el de Las Carmelitas. Pero ojo, no nos hacemos responsables si se fracturan  o les sucede algo. Lo recomendable, repito, es subir por El Centinela”, expresa López. 
La fundación cuenta con  brigadistas que colaboran en las charlas, rescates y guía de los  visitantes. 
Cuando hay gente perdida o herida el trabajo recae en el Cuerpo de Bomberos o la Policía. Nunca falta, menciona, alguien que se sale del sendero. 
Desde mordeduras hasta extraviados.
El pasado domingo 4 de junio los bomberos de Montecristi recibieron una llamada que les alertaba de algo un poco fuera de lo común: un hombre había escalado el cerro y una culebra lo mordió. 
El bombero Juan León, quien atendió la emergencia, señala que estos sucesos   son escasos. 
Lo más común son personas extraviadas o que sufren caídas y se fracturan. Ocurren unos cinco o seis casos cada año.
Pero allá arriba ocurren otros sucesos que han quedado registrados en los medios e informes del ECU -911.   
En enero del 2015 cinco ciudadanos  se perdieron en el cerro de Montecristi, luego de haber escalado por el  sector Los Bajos. Entre los extraviados había una mujer que se cayó y dislocó la cadera. 
En junio del 2016 tres personas se extraviaron luego de ser atacadas por un enjambre de abejas. Todos fueron rescatados luego de cinco horas. 
El sábado 7 de enero de este año, el ECU-911 de Portoviejo recibió tres llamadas de alerta por supuestamente haber visto luces provenientes del cerro. 
El Grupo de Intervención y Rescate (GIR)  subió y logró dar con el paradero de seis personas extraviadas. Los rescatados eran cuatro adultos  y dos menores de edad. 
Los bomberos indican que una de las principales causas por las que la gente se pierde en el cerro es que se desvían de la ruta. 
Es por eso que el municipio está impulsando el uso del sendero Centinela y para ello tiene planificado el mejoramiento de esta ruta y hacer un turismo más ordenado. 
Una obra para el cerro. María Eugenia Pablo, directora de Turismo del Municipio de Montecristi, señala que impulsan un proyecto de mejoramiento de los senderos Centinela y La Papayita, donde hay una cascada que tiene agua solo en invierno. 
La obra tiene el apoyo del Gobierno Provincial y el objetivo es impulsar turísticamente al cerro. 
El convenio para la obra se firmará en 15 días, informó  Leonardo Hidalgo, director de Ambiente, Turismo, Reforestación y Riesgo del Gobierno Provincial. 
La obra cuesta  21.842 dólares, un 50 por ciento será aportado por el Gobierno Provincial y el otro 50 por ciento por el municipio. “La idea es unir el paseo lúdico, la Asamblea y el cerro. Los trabajos serán hechos con materiales amigables con el ambiente”, manifiesta. 
Habrá miradores turísticos, escaleras, puentes y señalización turística.
Manejo ambiental.  Pero no todo es turismo en el cerro de Montecristi. 
Cerca del lugar, específicamente en sus faldas, funcionan dos canteras, Megarok y Los Corrales. 
Antes había otras tres, pero fueron cerradas. 
Alfonso Vera, director municipal de Ambiente, indica que el municipio está en proceso de adquirir el manejo ambiental del cantón. “Las canteras obtuvieron sus permisos ante el Ministerio de Ambiente, es decir, que ya presentaron sus planes ambientales, pero de todos modos cada año se realizan inspecciones para ver si cumplen con lo establecido”, expresa. 
Uno de los casos más recientes de cierre de canteras fue el de la que se ubicaba   en el sitio Tohalla Chica. Esta dejó de funcionar porque no se le otorgó permiso, según el cabildo. 
Gabriel Anchundia, ambientalista, dice que se debe hacer un estudio para establecer qué tipo de flora y fauna hay en el cerro. “Recordemos que en 1996 el Instituto Ecuatoriano Forestal, de Áreas Naturales y de Vida Silvestre (Inefan), ahora fusionado al Ministerio de Ambiente,  declaró al cerro como área protegida, hay que ver si existe o no afectación por las canteras”, explica.
Actualmente Megarok es la cantera más grande que hay cerca del cerro. Esta semana  se buscó a sus representantes para hablar sobre los planes ambientales, pero se informó que estaban ocupados en una reunión.
En Montecristi sus habitantes dicen que hay que cuidar el cerro, porque la historia cuenta que en sus faldas se reunía Eloy Alfaro con los montoneros a preparar estrategias. Otros mencionan que hasta subía para escapar de sus enemigos. 
Aquello es historia, las fábulas son otras. Aquellas son las creencias de que el cerro es un volcán dormido, donde hay una laguna que es el cráter, que no  expulsa fuego, sino que provoca que quien intente sacar una fruta se pierda. Pero eso es una fábula.  
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias