Esa fue la alerta que el pasado lunes, en sesión de Concejo Municipal, hizo Luis Vinueza, jefe del Departamento de Seguridad Integrada del Ala de Combate 23 de la Base Aérea. 

Vinueza sostuvo que no busca alarmar a la sociedad, pero sí informarles de un problema que, de no atenderse, podría terminar en una desgracia o en la suspensión de los servicios aeroportuarios.

Es que, según informó en la sesión, las aves se han convertido en una amenaza para el aterrizaje, despegue y vuelo de los aviones comerciales que llegan a la ciudad. 

Incluso, lo son también para las naves militares que tienen su propia pista de aterrizaje. 

Vinueza, quien además es responsable de toda la seguridad operacional aérea de Manabí, explicó que las aves se pueden estrellar con las turbinas del avión y con ello generar un desperfecto mecánico en pleno recorrido. El final en un caso de estos podría ser lamentable, si es que el daño es mayor a la capacidad de reacción de un piloto, agregó Vinueza. 

El tema preocupa, sobre todo porque la explicación del funcionario militar no está hecha de suposiciones, sino de realidades. Es decir, ya se han presentado casos de aviones afectados por el impacto de aves en pleno funcionamiento. 

De acuerdo a registros establecidos en un Informe de Peligro Aviario del Ala de Combate 23, solo en el mes pasado hubo 22 avistamientos de aves, 5 impactos y 17 cruces. 

Lo primero son los sitios dentro del aeropuerto donde se concentran los animales; lo segundo, el número de aviones impactados, y los cruces son las veces en que las aves pasaron en masa por delante de la cabina del avión, justo cuando despegaba o aterrizaba. 

En la explicación, Vinueza reveló que, de los cinco impactos, dos fueron contra aviones comerciales, dos militares y uno contra el avión de la Presidencia de la República. En este último se estrellaron 20 aves, según señaló el jefe de seguridad aérea. 

El oficial dijo estar sorprendido de que, pese a ese inconveniente, aún siga funcionando el aeropuerto, pues actualmente existe un peligro inminente a causa del incremento de aves. 

“Si no tomamos acciones a tiempo, vamos a tener consecuencias trágicas, como la caída de un avión sobre la ciudad por daños en un ala”, advirtió Vinueza.   

>FUERZA DE IMPACTO.  La mayoría de aves que hay son tórtolas, según consta en la información levantada por el Ala de Combate 23. 

Una de ellas, al chocar contra la turbina de un avión que viaja en descenso a una velocidad de 200 kilómetros por hora, ocasiona un impacto de 1.7 toneladas, indicó Vinueza. 

En el aire un avión viaja a 500 kilómetros por hora, por lo que el impacto de una tórtola representa el golpe de aproximadamente 10 toneladas. Las tórtolas tienen un tamaño más pequeño y más ligero que otras palomas. 

Vinueza aseguró que un ave más grande, o un gallinazo, por ejemplo, puede provocar la destrucción total de una ala del avión. Esto puede ocurrir llegando a pista de aterrizaje o cerca a zonas pobladas. De la gravedad del daño dependerá que el piloto logre aterrizar en el aeropuerto o el avión se desplome sobre las casas.

Actualmente salen cuatro vuelos diarios desde el Eloy Alfaro. Cada nave tiene una capacidad de hasta 200 personas. 

El 22 de octubre de 1996 un avión comercial cayó en el barrio La Dolorosa en Manta. Aunque en este caso las causas fueron por fallas mecánicas, las investigaciones arrojaron que la aeronave sufrió un desperfecto en la turbina del ala derecha, lo que generó la caída. La tragedia dejó 32 muertos, más de 30 heridos y cerca de 500 casas destruidas. El avión, que transportaba 14 toneladas de flores y pescado, cayó por la noche sobre la iglesia del sector que lleva el mismo nombre, donde se realizaba una misa.  

LA RAZÓN DEL INCREMENTO. Para Adriano Zambrano, representante en Manta de la Dirección de Aviación Civil (DAC), es “alarmante” el número de aves que hoy se observa dentro y en los alrededores del aeropuerto. Lo dijo también en la sesión de Concejo Municipal. Ayer se lo buscó para ampliar el tema, pero se negó aduciendo que no tenía autorización para dar información a la prensa. 

En el caso de la Base Aérea, se ha decidido no volar a partir de las 10h00 hasta las 13h00. En ese horario es cuando miles de aves llegan a la pista, se explicó. Pero se trata de una medida adoptada solo por los militares, mas no por la terminal de Manta.  

En la página web de la aviación internacional, el aeropuerto de la ciudad aparece marcado por el siguiente mensaje: Peligro por impacto de pájaros. 

Luis Vinueza así lo reconoció, y dijo que este hecho podría generar a futuro que la terminal de pasajeros pierda la categoría de internacional, porque las aerolíneas de otros países no querrán llegar por el riesgo existente. Por todo esto, él recomendó que se debe actuar con soluciones lo más pronto posible.

Tras una investigación de varias semanas, Vinueza informó que el incremento de aves se origina por una empresa que almacena trigo a menos de 500 metros de la pista del aeropuerto. La empresa está ubicada frente a la vía Puerto-Aeropuerto. 

Él manifestó que realizaron un sobrevuelo y detectaron que el almacén se ha convertido en un comedor y nido de las aves.  De ahí los animales pasan al aeropuerto, donde la altura actual de la maleza, que supera un metro, ha contribuido también al problema. 

Vinueza solicitó apoyo al Concejo Municipal para buscar una solución con la empresa que almacena trigo. Enfatizó que no se debe esperar mucho tiempo para tomar decisiones. También pidió que se apoye a la DAC con el corte de los montes, pues debido a la altura las aves aprovechan para anidar o esconderse. 

Margarita Mejía, concejal, cree que la solución al problema es reubicar la empresa. Ayer se buscó a los propietarios de este almacén, pero nadie proporcionó respuesta. 

La Comisaría Municipal de Ambiente informó que han notificado por dos ocasiones al dueño de la empresa Logoprosa para que comparezca y explique de qué manera realiza el manejo del trigo, pero nadie ha llegado al departamento municipal. 

Ambiente adelantó que realizarán una tercera notificación y, si en ella tampoco hay respuesta, iniciarán un proceso administrativo contra la empresa. 

OTRO PROBLEMA. Otro problema detectado en el aeropuerto es que los pilotos de los aviones están siendo apuntados con láser a gran distancia. Ocurre cuando están a punto de despegar o aterrizar. 

El Departamento de Control de Tránsito Aéreo ha detectado estos hechos provenientes de la parroquia Crucita, en Portoviejo, desde Jaramijó y del barrio El Palmar, en Manta. 

En lo que va del año, ocho cabinas de aviones han sido apuntadas con láser, y el año pasado fueron 11.  

El departamento explicó que estos rayos pueden ser mucho más peligrosos que las aves, pues queman la visión de los pilotos, lo cual puede desencadenar un accidente. 

Explicó que el láser rojo es menos brillante que el verde, pero es más fuerte para quemar. El de color verde es seis veces más fuerte y brillante, pero de menor potencia para quemar. 

El láser de color azul es la combinación de los dos primeros, por lo que es más potente para quemar la visión del piloto. 

La DAC adelantó que investigará a los responsables y les seguirá acciones penales por atentar contra la seguridad aérea.