Actualizado hace: 939 días 12 horas 19 minutos
Tradición
El horno de leña no muere en el campo

Las amas de casa cocinaban sus alimentos con leña y los hombres hacían los fogones con tablas de madera.

Martes 23 Mayo 2017 | 04:00

 Era todo un arte en la provincia de Los Ríos. Primero cortaban las tablas, utilizaban cuatro palos para armar las patas y luego, con clavos, hacían las formas de un cajón. De allí rellenaban su interior para entonces hacer un molde. Dejaban secar la tierra humedecida y le ponían ceniza alrededor.

La mezcla quedaba tan maciza como si la hubieran hecho con cemento. Luego ponían dos o cuatro parrillas, según la cantidad de ollas, metían los trozos de leña entrecruzados, les colocaban kérex y prendían fuego con fósforos. Entonces dejaban que encendiera bien la leña, luego ponían las ollas sobre las parrillas: la del caldo, la del arroz y otra con el acompañante. A medida que se encendía el carbón, cuando el arroz ya estaba reventado, lo ponían al lado en las brasas mientras al otro costado el caldo continuaba hirviendo.
Tradición. “A los ocho años aprendí a cocinar en fogón, pues no existían las cocinas. Me levantaba a las cinco de la mañana a cocinar verde (plátano) para los bolones, al lado estaba la otra olla para el café. Mi madre se iba a trabajar al campo y regresaba a las 3 de la tarde, pero yo le hacía la tonga de su almuerzo”, cuenta Emma David, de 54 años, oriunda de Montecarlo, en la parroquia Ricaurte (Los Ríos). 
Por la mañana, empezaba a hacer el almuerzo. Comenta que no gastaba mucho fósforo, ya que su costumbre era dejar un palito de leña encendido dentro del fogón.
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