Sus “amorosos insectos” son el testimonio de su pasión. Charlie y Lois ya son octogenarios. Decidieron que quieren donar su colección de insectos, ordenados y catalogados de forma cuidadosa en su casa, al área de investigación de la Universidad del estado de Arizona. Así, ellos perdurarán con el tiempo el amor de pareja que creció entre alas, aguijones y exoesqueletos.   “La historia de cómo nos encontramos es lo suficientemente interesante”, dice Charlie. “Yo era un ayudante en la Universidad de Arizona, y Lois era una estudiante en la clase que yo estaba enseñando. Hemos estado casados por casi 55 años”. Lois asegura haber escuchado el “millón de historias” que su esposo tiene de insectos. Las sabe todas. “Hemos viajado mucho, hemos estado en todos los continentes y 70 países recolectando. Nos llena de placer entrar en el campo y recoger para pasar el tiempo juntos”, cuenta Charlie. El matrimonio guarda 55 especímenes en promedio. Su colección está compuesta por un millón de gorgojos, por lo menos; y un cuarto de millón de tolvas de la planta. Esa fue la conclusión de su trabajo de entomólogos de 14 horas diarias, todos los días.