Emelec y Delfín protagonizaron otro vibrante encuentro en el estadio George Capwell que terminó empatado 1-1.

Ambos planteles demostraron el poder que tienen.

Delfín sigue siendo una pesadilla para los equipos del torneo y con la igualdad sigue como puntero del campeonato.

Fue un toma y dame en la “caldera”. Fue un partido digno de dos equipos que buscaban adueñarse del liderato. La diferencia parecía que la marcaba el gol de de Bruno Vides, que parecía darle los tres puntos al “Bombillo” que dejaba a los mantenses con un sabor de injusticia por lo realizado en el campo.

Pero Delfín, un plantel que sigue demostrando que no se rinde ante nada, terminó igualando con un tanto de Roberto Ordóñez.

La primera etapa estuvo cargada de emociones en donde los mantenses merecieron mejor suerte.

Los “millonarios” no dieron respiro a los “cetáceos” en los primeros minutos. Por eso cuando recién se jugaba el minuto 5 el argentino Bruno Vides envió por encima un cabezazo frente al arco de Pedro Ortiz.

Delfín presionaba con dos y tres jugadores la salida de Emelec. Intentaba forzarlo al error, pero los jugadores se veían obligados a retroceder porque Emelec no daba tregua.

Pero la presión de los azules fue solo hasta el gol. Al minuto 11 después de una falta polémica de Luis Luna sobre Vides, Emelec cobró un tiro libre que Jordan Jaime conectó de cabeza para enviar al fondo del arco.

Los jugadores del “bombillo” se relajaron y hasta cedieron la pelota a los de Guillermo Sanguinetti que respondieron con jugadas de peligro en el arco de Esteban Dreer.

Carlos Garcés fue quien más cerca estuvo de llegar a la igualdad. 

Un remate acrobático del mantense fue atajado por Dreer, que después Roberto Ordóñez anotó, pero en posición de adelanto. Después, al término de la primera parte, Romario Caicedo desvió una pelota que iba directamente al fondo del arco impulsada por Garcés.

La segunda etapa empezó como terminó la primera, con un Delfín atropellando a los locales. Tácticamente Emelec se vio obligado a retroceder sus líneas, pero en el contragolpe los de Alfredo Arias eran peligrosos.

Delfín dominaba a Emelec, que tuvo que correr más de cuenta para aguantar el resultado.

Al final quedó un sabor agridulce para los manabitas que tuvieron que regresar con las manos vacías, pese al esfuerzo, que dejó con un sentimiento de injusticia.