Rindieron el homenaje a los hermanos que partieron. Y con el propósito de levantar un canto de esperanzas, con el poder de la pluma y el volar de su numen, para transmitir a todos los conciudadanos el ímpetu requerido para seguir adelante, crear nuevos objetivos positivos y dejar sentado que cada ser humano es, si se lo propone, un titán de logros encomiables. 

Logran esto el Prof. Pedro Loor López, Ing. Fredi Vicente Navarrete,  Abg. y Mgs. Primitivo Ganchozo Zambrano, Dr. Carlos Avellan Vera, al entregar su obra “Tragedia y Esperanza” a la colectividad ecuatoriana, acto en el que congregaron a cientos de ecuatorianos de la provincia y de la patria, para conocer y recibir este libro que traduce la esencia y grandeza de nuestro pueblo criollo, montubio, laborioso, honorable y constructivo, guiado por siempre a la superación social sin distingo de rangos o diferencias sociales y sí con afectos perpetuos de hermandad.  

Estas páginas abiertas nos dan un conocimiento amplio de Calceta, antes, durante y después del sismo; de cómo cada persona vivió  y sufrió la tragedia y cómo la sociedad en conjunto crea una obligación de dejar esto atrás y redoblar esfuerzos para ir hacia el futuro. 

Esto lo obtiene el intelecto de estos súper dotados calcetenses, como lo expresan en “una suma de voluntades que buscan servir y hacer el bien”,  y vaya que sí lo logran. Realmente fue una justa emoción vivir este acto que entregaron los intelectuales bolivarenses al país, y cuyo conocimiento debe recorrer la provincia y el Ecuador entero por el sublime efecto que gesta su lectura en la emoción, en lo literario y solidaridad, como auténtica expresión del talento de estos manabitas elegidos del parnaso. 

Esta publicación tiene que ser, repetimos, ampliamente difundida, analizada; pues demuestra la capacidad creativa de auténticos literatos manabitas que han sabido compendiar en ella los valores intrínsecos  de que estamos revestidos en esta nuestra gran provincia, que frente a tantos avatares ha sido, es y será un permanente ejemplo del valor que se anida en cada corazón ecuatoriano.