El Tribunal Supremo de Rusia prohibió las actividades de los Testigos de Jehová al considerarlos una organización extremista y ordenó la incautación de todas sus propiedades.
A partir de ahora queda suspendida “con efecto inmediato” la práctica de ese culto y se disuelve tanto el centro de dirección de los Testigos de Jehová en Rusia como sus 395 filiales en todo el país.