Nos estamos levantando del terremoto con valor y coraje, a pesar de la desidia de los gobernantes y sus autoridades locales; no se ve la reconstrucción, han manipulado el dolor y la ansiedad de miles de personas por tener mejores días, no han reconstruido sus casas, tenemos hermanos en albergues oficiales y en casas de familiares esperando todavía respuestas. Se habla de millonarias inversiones pero los manabitas no entendemos dónde están. 

Agradecemos el apoyo del pueblo valeroso y solidario del Ecuador que en los momentos más dolorosos nos hicieron llegar su ayuda, de todo tipo, especialmente la moral, expresada en cartas hechas por niños del país para nuestros niños manabitas. Y por los insultos de algunos malos ecuatorianos no vamos aislarnos de nuestros hermanos ecuatorianos; siempre les estaremos agradecidos, les invitamos a visitarnos siempre, serán y son bien recibidos a que disfruten de nuestra gastronomía, nuestros paisajes, de Manabí universal, de Manabí acogedor. Quienes han irrespetado a Manabí y se han burlado diariamente son los que no han reconstruido las casas afectadas, los que se llevaron más de un millón de dólares del MIDUVI de Manabí, los que hablan de la provincia del milenio y seguimos con inundaciones, quienes en el presente y en el pasado se han llevado los fondos públicos para sus bolsillos. Invierten más de mil millones en lo que llaman refinería del Pacífico. La Odebrecht cobró 200 millones de dólares solo por el movimiento de tierras; con ese dinero hubiera sido suficiente para dar servicios básicos, equipamiento e infraestructura social a todas las comunidades de Montecristi, Manta, Jaramijó y Puerto López, que se encuentran en la zona donde estaría la refinería del Pacífico.   

Han irrespetado a Manabí, han engañado al pueblo de Alfaro haciendo creer que somos la provincia del milenio, ¿dónde están las obras y proyectos estratégicos? A seguir esperando, como las casas del Miduvi. La vialidad rural en malas condiciones, el puerto y aeropuerto sin reconstruirse, escuelas, hospitales destruidos; los asambleístas de PAIS, los Bergman y compañía, dicen que todo está bien. 

El prefecto vive en las nubes en su helicóptero, los ministros y ministras nos dicen por la televisión que estamos súper atendidos, ¿será posible? ¿tendrán la razón? Ellos ponen a sus hijos a estudiar en escuelas pagadas en universidades del extranjero, no sienten la incomodidad y el calor de las escuelas del milenio que soportan miles de niños, niñas y jóvenes manabitas. 

Los manabitas, los ecuatorianos honestos somos más, los corruptos son pocos y ya se van.