Actualizado hace: 940 días 13 horas 58 minutos
Material
Lluvia, enemiga de los bloques

En un día entero de lluvia, Carlos Loor deja de producir hasta 450 dólares en bloques para la construcción.

Domingo 26 Febrero 2017 | 10:00

Suspende la fabricación del material para evitar que el agua lo destruya. Son 1.500 bloques que ese día no salen a la venta.

Cada uno cuesta 30 centavos, por lo que al multiplicar ese costo por el volumen de fabricación, el resultado económico que él deja de percibir es de 450 dólares.
Por esa razón el invierno no es el mejor amigo de quienes se dedican a la elaboración de adoquines, dice Loor, administrador de la bloquera Nueva Esperanza. 
Incluso las pérdidas suelen ser mayores en estas empresas, donde el precio del material alcanza hasta los 45 centavos por unidad.  
En el kilómetro 4,5 de la vía a Crucita hay unas ocho fábricas de bloques. En cada una de ellas la producción es igual, pero manejan costos distintos,  de acuerdo al tamaño del producto.
Según Loor, su producción de bloques se ha reducido un 25% este año a consecuencia de las lluvias.
Secado. Leonel Arteaga, representante de la bloquera Leo, habló de una caída en la producción de hasta el 50%. Y para corroborar lo dicho contó que en el patio de su empresa aún guarda cerca de 50 mil bloques que no ha podido vender porque no están completamente secos.      
“Los clientes llegan en busca de bloques secos, pero los nuestros permanecen húmedos por las lluvias y por eso la gente no los compra”, manifestó Arteaga.
Este material requiere de aproximadamente tres días para secar por completo y ganar dureza. 
Si el sol pega fuerte el proceso podría disminuir, pero si al día siguiente de una lluvia el cielo se muestra nublado, la solidez del bloque se concretaría hasta en cinco días.
Todos estos factores invernales generan problema en la producción de material, tanto que en la fábrica de Arteaga la elaboración bajó de 5 mil a 3 mil diarios.
El adoquín se elabora con granillo chasqui o tierra de piedra pómez extraída de las montañas de la sierra y con cemento. 
Una vez hecha la mezcla se la ingresa a una máquina de moldes. En menos de un minuto está listo para ubicarse a secar al aire libre.     
Producción. Sixto Castro, trabajador de la bloquera Carlomagno, aclaró que las afectaciones no solo se sienten cuando se presenta un aguacero, sino también cuando cae una pequeña brisa. En este caso se continúa trabajando, pero a menor ritmo, y pasan de elaborar 3 mil bloques a 1.800 diarios aproximadamente. 
La producción decrece porque gran parte de los obreros se dedica a cubrir el material con plástico. El objetivo es que la humedad no intervenga en el proceso rápido de secado y firmeza, explicó.
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