La invasión del fango fue tan rápida que apenas tuvieron tiempo para poner a buen recaudo a los niños y salvarse juntos. Los colchones, televisores, neveras, cocinas, muebles y más enseres de la casa quedaron a merced del lodo, que no hizo concesiones con nada y destruyó todo.

Maribel con lágrimas recordaba esos minutos de terror y mientras bomberos y vecinos ayudaban al rescate de los enseres, se lamentaba cómo lo que les costó años de trabajo se destruyó en pocos minutos.

En definitiva más de 45 familias de Arreaga vivieron una pesadilla. El agua mezclado con lodo bajó del cerro y formó el estero que se unió con la quebrada Malambo y se convirtieron en un río correntoso que invadió todo.

Enrique Intriago, quien tiene 42 años viviendo en el sitio, dijo que nunca antes había observado tal fuerza de las aguas. Recordó que siempre han tenido un canal natural, por donde el agua corría en cada invierno y se iba hasta el río. Sin embargo, destacó, poco a poco se fue llenando y ahora no permitió el drenaje.

Karina Intriago indicó que en el terremoto del 16 de abril su familia perdió el segundo piso de la casa, por lo que habían adaptado la planta baja para vivir mientras llega la prometida reconstrucción, pero ayer el agua fue más rápida e inundó hasta un metro de alto dañando todos los enseres. 

Las pérdidas hasta ahora no han sido cuantificadas en este lugar, donde las familias perdieron sobre todos sus menajes de casa y además productos de comercio.

La situación subió de tono debido a que moradores llamaron a instituciones de socorro para pedir ayuda, pero aseguraron que no obtuvieron respuestas, por lo que cerraron la carretera Pimpiguasí-Junín. Quienes sí llegaron fueron policías y elementos de la Agencia Nacional de Tránsito, que abrieron la vía ante la indignación de los afectados.

Por su parte, Selena Flores mencionó que requerían que una maquinaria reabriera el canal de drenaje para que bajaran las aguas; sin embargo eso no sucedió, y agregó que la ayuda que recibieron fue de 22 bomberos y el grupo de apoyo del Municipio para evacuar a las familias.

Hundimiento. En el sitio El Tigre también salió el estero del mismo nombre. El más afectado fue César Intriago, quien había hecho un relleno de tierra para pasar de su casa al camino principal, pero ayer la fuerza del agua lo debilitó y cuando pasaba con su camioneta se hundió totalmente, salvándose de morir de milagro. Maquinaria del Gobierno Parroquial de Calderón rescató el vehículo.

Juan Farías, presidente del GAD de Calderón, dijo que antes han sido golpeados por el río Chico, pero ahora ese afluente está tranquilo. Sin embargo, son las quebradas ocasionales las que causan caos. Además en El Naranjo salieron tres quebradas que afectaron a 15 familias, indicó.

Sostuvo que gracias al apoyo del Municipio de Portoviejo y el Gobierno Provincial de Manabí tienen cuatro frentes de trabajo, que intentan atender las emergencias lo más pronto, pero el invierno es fuerte, agregó.

Señaló que la quebrada de El Tigre y la de Malambo tenían más de 20 años sin salir y que ahora que volvieron lo han hecho tan fuerte que no dieron tiempo de ponerse a buen recaudo.