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Macabro pacto originó temor en dos familias

La tradición oral se manifiesta de forma espontánea en todos los pueblos. El cuento es una de esas expresiones ancestrales.

Lunes 23 Enero 2017 | 04:00

La cultura montuvia es dueña de muchas historias inspiradas en la mente y experiencia de los abuelos, que compartían con las familias reunidas.

En la actualidad varios investigadores se dedican a recopilar estos relatos con el fin de fortalecer la tradición oral del pueblo montuvio.
Tras una investigación en el cantón Manta, el cuentista manabita Rubén Darío Montero, recopilador de la tradición oral, resalta la leyenda ‘Pacto mortal’:
Leyenda. Quisiera contarle lo que muchos años atrás en un pueblo de Manabí pasó, de dos amigas que se amaban y cómo una de ellas murió. 
Dos familias muy unidas, eran los García y los Mendoza, ambas tenían una hija, joven y bien hermosa. La amistad de sus padres a ellas trasmitieron, y que ellas comprendieron. 
Se estimaban con locura y juraron con su sangre que su hermandad duraría hasta que Dios lo mande. 
Cierto día  una de ellas sugirió: “formulémoslo en un pacto”,  que la otra muy juiciosa le preguntó,  ¿en qué consiste el pacto? 
-La que primero muera,  a la otra tendrá que visitar, trayendo la noticia cómo es el más allá. 
Dicho pacto se firmó, pues de acuerdo estaban las dos. Cogiéndose de las manos el pacto  se selló. 
Pasó el tiempo. Los meses y los años a sus vidas llegó, pero la amistad de ellas en ningún momento cambió. 
Pero cierto día, al hogar de los García, la fatalidad llegó. La joya de la casa con una enfermedad mortal enfermó. 
Los García y los Mendoza no podían comprender por qué la vida se ensañaba con tan frágil ser. 
La bella doncella empeoró, su amiga muy querida en ningún momento de ella se separó. 
Ya casi agonizante, le volvió a decir: el pacto que ellas firmaron se tiene que cumplir. 
Con un fuerte abrazo confirmaban aquel macabro pacto, a los pocos días la joven García murió. 
Se cumplió. Los Mendoza acompañaron a los García con su tremendo dolor. 
A partir de esa noche se le comenzó a rezar, nadie esperaba lo que a los Mendoza les iba a pasar. 
Habían pasado nueve días en que la joven murió, cuando en casa de los Mendoza un grito macabro se escuchó. 
En el cuarto de la joven algo espantoso pasó. -El ánima de su amiga del más allá regresó.
Con un aspecto de ultratumba y con los pelos encrespados le pedía a su amiga que la librara de lo pactado. 
¡Por tu culpa estoy sufriendo tremendo dolor!, pide a Dios que nos perdone por semejante error… 
Las familias 
oraron. Y eso pasó todos los días, muchas veces, sin hallar la solución, los García y los Mendoza, se unieron en oración. 
Casi en la locura gritaba. Yo te libro, yo te libro de semejante abominación. 
Muchos días pasaron y las apariciones ya no eran frecuentes, pero todo lo que había pasado la joven Mendoza lo tenía en su mente. 
Una sabia decisión tomó, a partir de ese instante al convento fue a parar, pidiendo todos los días que Dios la llegue a perdonar. 
Ambas familias perdieron a un ser muy querido, por cosas de muchachas que lo hicieron sin sentido. 
Yo te cuento esta historia para que te pongas a meditar, con las cosas que no conoces no vayas a pactar.
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