Igual con la cortina de hierro Estalinista que mantuvo secuestrados los derechos humanos de los pueblos europeos hasta que Gorbachov (1985 a 1991)  aplicó la Perestroika que terminó con el dominio del comunismo  en Europa Oriental y se desintegró la URSS. 

Han quedado rezagos como la dictadura cubana, 50 años de atraso económico y social, o un remedo revolucionario que hoy aqueja a Venezuela,  postrando al pueblo en la escasez y miseria. 

La vigencia de dictaduras que aplican principios estatizantes que limitan la libertad de pensamiento, de estudiar según la voluntad y no de la imposición oficial o imponer criterios políticos fracasados en todo el orbe, o que quienes se presentan  como inconformes son amedrentados en sus posiciones de respeto a la libre expresión,  o que la cultura sea tutelada en todas sus manifestaciones por criterios ministeriales con lineamientos oficialistas contraproducentes, pues la cultura debe ser y será  un néctar que nazca  en la acción diaria del ser humano, en el pensamiento filosófico, en la cultura organizacional con normas políticas y valores que permitan una mejor interacción en todos los grupos que conformen a los pueblos. 

Que avance la cultura popular en un conjunto que jamás pueda ser usado como pretexto para violentar los derechos humanos, sino que, por el contrario, brinde oportunidades como derechos inviolables a recibir instrucción todos los niños y ciudadanos de cada uno de los países que conforman el orbe, con auténtico respeto a los derechos humanos. 

En plenos días de un proceso electoral que orientará a nuevos dignatarios del país y a la composición de la Asamblea Nacional, miramos con preocupación,  desde el conocimiento popular, el volumen que ha alcanzado la deuda externa del país, cercana ya a 39.000 millones de dólares, con intereses considerados altos, lo que sin duda alguna será una carga no fácil de manejar para quienes asuman la conducción del país, de la tendencia que sean,  y tengan que afrontar una avalancha de pago que hay que cumplir lógicamente, serán un grave escollo en la relación gubernamental, con todas las necesidades básicas que el Estado central tiene que asumir en su tarea de gobernar con equidad y justicia para toda la ciudadanía. Se tiene que tener más que cautela en tema social tan importante.