Lo decía Salinger, que la alegría es un líquido. Nunca se pudo equivocar cuando ese líquido convoca a amigos en el bar de siempre. Pero, más allá de la fanfarria que se arma ya entrados en cervezas y con la música acolitadora que solo el dueño del bar, que también es amigo, te puede ofrecer, está la página que se cierra, el fin de todas las cosas que siempre termina por sorprendernos. Ahora ¿qué nos espera?, nos preguntamos los borrachos de siempre, cuando sabemos que en Manta no hay más. Pero no es solamente el bar, es su significado, es el intento de amistad, es el aire nostálgico de los ciclos que se cierran. Los ingenieros, rockeros, músicos, periodistas, actores, escritores, nerds, todos y cada uno de los integrantes del gremio ahora tendrán que beberse la última copa, pero esta vez con Jimmy presente, en nuestra mesa, brindando por las buenas nuevas, por que la amistad y los reencuentros nos sigan sorprendiendo y mejorando la existencia. ¡Larga vida para la cerveza!