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Nuevo Tarqui
Comerciantes se protegen del sol con sábanas y lonas

En la zona comercial Nuevo Tarqui los vendedores se protegen del sol con lonas, toldas, sábanas, parasoles y hasta con retazos de tela.

Jueves 12 Enero 2017 | 04:00

Lo hacen ante la falta de techos que los resguarden de los rayos solares a ellos y a los clientes que llegan al lugar. Los materiales se han ubicado en casi todos los pasillos que conforman los módulos. 

Marcelo Alarcón, comerciante, explicó que tomaron esa medida porque “el canicular sol” que en ocasiones golpea a la ciudad les impide trabajar bien. 
Esto, debido a que los módulos no tienen una especie de visera en la parte frontal que genere sombra o los proteja de una lluvia. 
Los comerciantes están acostumbrados a sentarse con una parte de la mercadería fuera de cada puesto, pero esto no lo podían hacer en los primeros días de venta por el intenso sol que recibían, dijo Alarcón. 
Por esa razón, él y varios compañeros de pasillo recogieron 67 dólares para comprar dos toldas, que amarraron a la altura de los techos de los módulos. 
Hoy ellos gozan de sombra, aunque, dice Alarcón, el sol es tan fuerte, que pese a lo implementado se siente un fogaje en el pasillo.
Shirley Moreira, administradora de un comedor, recordó que antes de la inauguración de la zona comercial (27 de diciembre) se prometió ubicar techos frente a los negocios de comida. El objetivo era que los clientes se alimentaran bajo sombra. 
En la parte frontal se construyó una especie de armazón bajo el cual, se suponía, debían ubicarse las mesas de los negocios, pero como la estructura quedó sin techo Moreira optó por colocar una carpa. 
La historia se repite en otros módulos donde se vende comida rápida, en la parte alta de la zona comercial. 
“Tuve que poner una carpa, porque mis clientes no se van a sentar en una silla caliente y en medio de tanto sol. Si no encuentran una sombra o un lugar fresco para comer, simplemente se marchan y yo dejo de vender, porque el sol que hace actualmente no se soporta”, indicó Moreira.
Otras historias. Desde que inició el año la temperatura en Manta ha estado entre los 31 y 35 grados. Esta última cifra se reportó la semana pasada, mientras que ayer alcanzó los 34 grados. 
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) ha explicado que la intensidad del calor se debe a la llegada del invierno, pero en la ciudad han caído solo cortas lloviznas que no han terminado de enfriar la temperatura.
Un ejemplo de los efectos solares es Mirian Medranda, quien, a más de colgar una lona en el pasillo donde está su negocio, puso un ventilador encima de una vitrina, a 30 centímetros de ella, para refrescarse. 
Medranda contó que se estaba “quemando” del calor, y que por esa razón colocó una lona que alcanzó para cubrir otros tres puestos. 
Otros comerciantes, en cambio, han optado por ubicar parasoles que apenas cubren una parte de sus negocios. Algunos vendedores prefirieron el plástico o sábanas. Todo amarrado desde los techos o de los pocos árboles que hay en el lugar. 
No hay pasillos donde no se observe algún material guindando para protección solar. 
Además, otros comerciantes se organizaron y soldaron hierros hacia sus negocios para formar una especie de visera. 
El comercio informal que ya se observa en el lugar también se cubre con parasoles. 
Se buscó a la coordinadora del proyecto, Mery Chong, para conocer si a futuro se colocarán o no techos para evitar la informalidad que se ha generado ante el calor, pero no se logró tener una versión. En su oficina se informó que ella estaba fuera de la ciudad y que hoy atendería.   
La zona comercial es una obra hecha por el Gobierno Nacional, para acoger a los 1.834 comerciantes que salieron de Tarqui después de que el terremoto del 16 de abril devastara este lugar, que se convirtió en la “zona cero”. Valorada en 14.1 millones de dólares, Nuevo Tarqui reclama sombra.    
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