Actualizado hace: 938 días 9 horas 56 minutos
Otavalo
Un mágico lugar ancestral

En la comunidad Fakcha Llakta hay la creencia de que bañarse en la cascada de Peguche fortalece el espiritu de la persona.

Martes 10 Enero 2017 | 04:00

Este lugar es visto como un centro energético en la parroquia Miguel Egas Cabezas, de la ciudad de Otavalo, en la provincia de Imbabura.

Según una publicación de diario Expreso, ese lugar es considerado sagrado por los kichwas; allí se practican ritos y ceremonias ancestrales, especialmente el 21 de junio, cuando se inicia el Inti Raymi o Fiesta del Sol. 
Pilar Morales, encargada de la casa de información de Fakcha Llakta (que en kichwa significa comunidad de la cascada), que administra el lugar, comenta que bañarse en esa vertiente natural de 20 metros de altura los ayuda a recobrar fuerzas, pues el agua los libera de las malas energías que se acumularon en el cuerpo a través del contacto con la naturaleza y sus antepasados.
 
>piscinas incaicas. El presidente Luis Conejo cuenta que Fakcha Llakta tiene 40 hectáreas de extensión. Por ello sus habitantes se han organizado para cuidarla y mantenerla con señalizaciones para que los turistas accedan sin problema a las 19 paradas, entre el área de camping, piscinas incaicas, mirador, entre otras. 
Dentro del bosque protector en que se encuentra la cascada se puede observar a los kichwas exponiendo su vestimenta, idioma y gastronomía, así también las creencias que tienen sobre su vida junto a la naturaleza. En el trayecto de 15 minutos por los senderos se puede observar a la piedra musical. 
Luis Conejo explica que existe la convicción de que, si algún músico quiere afinar un instrumento, debe acudir en el equinoccio con una ofrenda. Él trabaja además en la fabricación de flautas nativas, palos de lluvia, entre otros, y asegura que lo ha hecho obteniendo buenos resultados al interpretar las melodías.
 
>música andina. Jumandi Morales, de 23 años, junto con sus primos Jordi y Joan Alemán, además de sus vecinos Jhonatan Perugachi y Bryan Fueres, deleitan al visitante con música andina. Los fines de semana, mientras venden la mercancía elaborada por la familia, se reúnen y tocan los tradicionales sanjuanitos, que por lo general se usan para el pedido de mano. Ellos usan guitarra, bandolín, violín y quenas.
En cambio, Luz María Terán prepara los platos típicos. En una paila de bronce cocina choclos, habas y fritada, todo a leña. 
Hasta el año 1980, según el expresidente de esa comuna, Enrique Santacruz, ese lugar fue una hacienda en la que se realizaban actividades ganaderas. 
Los primeros habitantes asentados fueron siete personas, con el paso del tiempo ese número aumentó a unas 60 familias que se han dedicado a mejorar y preservar intactos sus lugares sagrados, como el Inti Huatana, que significa calendario solar.
Los ancestros se paraban en el medio y se guiaban por la luna y las estrellas para cultivar y cosechar los alimentos.
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