El aeropuerto de Fort Lauderdale, en el sur de Florida (EE.UU.), retomó sus operaciones ayer casi con normalidad tras el tiroteo ocurrido el pasado viernes en una de sus terminales y que dejó 5 muertos y 8 heridos.
El aeródromo abrió las puertas de todas sus terminales, excepto la número 2, lugar en donde el exmilitar de 26 años Esteban Santiago abrió fuego el viernes en la zona de recogida de equipajes con una pistola semiautomática que había facturado en su maleta.