Es Sofía Buchuck, cantautora y poetisa peruana que dicta talleres en Nayón, en Quito.
“La música fluye en mí de manera natural. La verdad, he dedicado gran parte de mi vida a ello y a la poesía. Pero cuando hablamos de música de sanación, se necesita especial cuidado, porque no es repetir canciones de manera bonita, sino de conectar profundamente con el paciente y poder recrear su vida o su visión y tejer esa curación con los seres de poder”, asegura.
Trayectoria. “Los cantos son parte fundamental de mis curaciones. Mis letras están relacionadas con la sanación. Como cantante y poetisa, pude aprender las canciones de maestros de medicina ancestral, tanto de taitas y mamas tradicionales en lenguas quechuas y ancestrales”, cuenta Sofía.
Para esta cantautora, “la medicina ancestral es una herencia que nos han dejado nuestros antepasados y que aún sigue curando en la selva y la parte andina”.
Sofía considera que la medicina tradicional o convencional sólo cura el cuerpo, mientras que, afirma, “la medicina ancestral cura en tres y hasta en más niveles, en la parte física, mental, emocional... te conecta espiritualmente con una identidad y un centro de donde uno puede además enriquecerse sintiéndose protegido por seres de una cosmovisión andina-amazónica donde los dioses están vivos, tales como la pachamama, taita inti, mama luna, las plantas sagradas y animales de poder”, dijo a diario El Universo.
En sus talleres de sanación emplea métodos simples como limpias o baños con plantas, florecimientos con plantas sagradas de la selva. También dice que se equilibran las chakras con cantos o sonidos.
Tratamientos. En algunos momentos también trabaja con lo que considera plantas maestras. “Una de ellas es la ayahuasca, que cura muchas enfermedades, da energías y brinda sanación espiritual. Cada persona tiene una experiencia muy personal, porque cada uno ordena o desordena su interior, y las plantas nos ayudan a enfrentar esa realidad; no son drogas, sino plantas que nos enfrentan con la realidad para buscar un cambio”, recalca.
“Desde niña aprendí cómo usar las yerbas viendo curar a mi madre y la gente del campo, aprendí el canto como mi juguete favorito para subir árboles, piedras y lugares donde podía convocar a los seres de la naturaleza. Aprendí medicina de los abuelitos cuando fui viajando por países de nuestra América Latina”, expresa.
Sofía es de origen peruano, pero ahora se dedica solo a la medicina ancestral y al canto, por lo que actualmente se encuentra en Ecuador. Su novio es de Quito, y aprovecha las constantes visitas a la capital ecuatoriana para dar talleres. “A pesar de que la medicina ancestral en Ecuador no es tan visible, sí está presente aún en el campo, en la Amazonía. En las casas la gente aún toma sus tecitos de yerbitas”, comenta.