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“El Colorado” no resistió las quemaduras y murió en Guayaquil

Carlos Olivo agonizó trece días en Guayaquil. es la segunda víctima de la explosión del 19d.

Lunes 02 Enero 2017 | 14:39

Los vecinos del primer callejón del barrio San Antonio, de la parroquia Barreiro, ayer comenzaron el año con una trágica noticia que les entristeció el corazón. 

Carlos Olivo Acurio, de 19 años, conocido como “El Colorado”, dejó de existir a las 06h00 en el hospital Luis Vernaza, de la ciudad de Guayaquil.
El chico no soportó más las quemaduras que tenía en el 90 % de su cuerpo y falleció luego de trece días de agonía. 
Olivo ingresó a esa casa de salud la noche del pasado 19 de diciembre, procedente de Babahoyo, en donde se registró el estallido de una bodega con petardos que dejó un fallecido, diez heridos, cuatro casas destruidas y 16 inmuebles más con daños materiales.
Durante ese tiempo Carlos Olivo resistió a una serie de tratamientos y limpiezas que los médicos le realizaron en la piel, ya que tenía quemaduras de tercer y segundo grado.
> Ayuda.  En la barriada, los vecinos consternados por lo sucedido recogieron dinero para colaborar con los familiares del perjudicado que son de escasos recursos y debían viajar diariamente al puerto principal para estar pendientes del “Colorado”.
Pero todo ese esfuerzo se desvaneció cuando el joven perdió la batalla en una cama del hospital. Ayer los amigos y conocidos de Carlos nuevamente se reunieron y recogieron la cantidad de 192 dólares para ayudar en los trámites mortuorios. 
Hasta las 17h00 el cadáver no arribaba a Babahoyo, donde iba a ser velado.
Sus parientes informaron que no había funeraria abierta en Guayaquil debido a los festejos del nuevo año. 
Otra situación que atrasó los trámites fueron las gestiones que debieron hacer en la casa de salud para retirar el cuerpo. 
De esos trámites se encargaron Juan Menéndez y Rosa Acurio, padres del fallecido. Los restos serán velados en el inmueble donde vivía Carlos.
> Amigos.  Yulieth Ortiz señaló que el joven era alegre y le gustaba escuchar música, en especial la salsa. 
La chica dijo que el domingo 18 de diciembre, mientras viajaba en un taxi, saludó por la ventana a Carlos Olivo y a Carlos Martillo, de 22 años, quienes se encontraban juntos conversando en la parroquia Barreiro. 
Martillo falleció el primer día de la explosión de la bodega de petardos, mientras que Olivo quedó herido y permaneció sedado en Guayaquil, donde no logró recuperarse y falleció.
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